«La paz triunfará»: Un fuerte mensaje de la Iglesia de Ecuador
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La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) se pronunció en medio de la ola de violencia que sacude al país sudamericano y ofreció una oración
Muchas veces, en estas crisis, no podemos salvar los cuerpos, pero sí nos dedicamos a la liberación de almas cautivas y les ayudamos a salvarlas. Cuando hay emergencia y crisis -y no podemos estar adentro- estamos orando con ellos».
Así reflexionó recientemente en Aleteia María Cristina Santacruz de Cuvi, más conocida como «Titi de la Misericordia». Lo hizo en calidad de coordinadora de la Pastoral Penitenciaria de Guayaquil y en medio de la crisis carcelaria y la ola de violencia que vive Ecuador.
En efecto, en los últimos días Ecuador volvió a convertirse en noticia por enfrentamientos en centros penitenciarios (en el caso de Penitenciaría Litoral de Guayaquil hasta con muertos y heridos).
Pero también por la decisión del presidente Guillermo Lasso de declarar el estado de excepción por 45 días por el incremento de la violencia –hubo más de 18 ataques en los últimos días, varios de ellos con explosivos- en provincias como Guayas y Esmeraldas.
«La paz triunfará»
La situación en Ecuador continúa compleja y de fondo aparece la incidencia del crimen organizado, con énfasis en el narcotráfico, además de acusaciones de parte del gobierno con respecto a intentos de desestabilización, entre otras cuestiones.
Es en ese mensaje de tres páginas, al cual tuvo acceso Aleteia, que los obispos ecuatorianos aseguran que «la violencia criminal no vencerá».
«Exhortamos, a todos los cristianos, a no bajar los brazos, a no ceder a la tentación de ser parte de la violencia, a no hacerle el juego al miedo», indican los obispos en uno de los pasajes en el que se dirigen a las comunidades cristianas.
Pero los obispos también le hablan a los actores sociales y políticos, así como a los ciudadanos ecuatorianos y hasta ofrecen palabras a los responsables de esta violencia. Con respecto a esto, lo hacen parafraseando al propio papa Francisco.
«Por favor, cambien de vida, conviértanse, deténgase, dejen de hacer el mal. Esta vida que viven ahora, no les dará placer, no les dará alegría, no les dará felicidad. El poder, el dinero que ustedes ahora tienen de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado, y no podrán llevarlo a la otra vida. Conviértanse, aún hay tiempo, para no acabar en el infierno. Es lo que les espera si siguen por este camino. Han tenido un papá y una mamá: piensen en ellos. Lloren un poco y conviértanse», se indica.
Solidaridad
«Queremos expresar nuestra solidaridad a quienes entre nosotros han perdido a una persona querida, víctima de la violencia asesina de estos días en las calles, en las cárceles, civiles y policías. Su dolor y sus lágrimas son el dolor y las lágrimas de cada ecuatoriano. Rezamos por todas las víctimas del narcotráfico, la delincuencia, la inseguridad, la corrupción, la injusticia y la marginalidad. ¡Gracias a quiénes cumpliendo su deber, a riesgo de su propia vida, nos muestran que la paz triunfará!», añaden los obispos.
Por último, la Iglesia de Ecuador hizo un llamado a la esperanza con el deseo de que «la fraternidad poco a poco triunfe sobre la división» y finalizó recordando la convocatoria a la jornada de oración por la paz que fue convocada en Ecuador este domingo 6 de noviembre.
A continuación la oración propuesta por la Iglesia de Ecuador:
Oración por Ecuador
Dios omnipotente y misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana. Todo lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es inagotable.
Venimos hoy a implorarte que ampares al Ecuador y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje de la violencia, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.
Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales actos delictivos. Concédeles la recompensa y las alegrías eternas. Que intercedan por el Ecuador, sacudido por la angustia y las desgracias.
Jesús, Príncipe de la Paz, te rogamos por los heridos en los ataques de bandas criminales: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza.
Santo Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el narcotráfico. Cúbreles con el manto de tu Divina Misericordia. Que encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas de los demás, testimoniando con su vida tu amor.
Mueve los corazones de los violentos para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano.
Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el estruendo y la desesperación del Ecuador. Llenos de confianza en tu infinita Misericordia, confiando en la intercesión de tu Santísima Madre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo de la violencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén.