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Domingo 30 de Junio de 2024
LOAN Y LOS ESOTERISMOS REGIONALES, ecos de la Argentina oculta
ALTERNATIVA Agencia Creativa Multimedios
El caso del pequeño Loan en la provincia de Corrientes ha puesto en evidencia la persistencia de prácticas esotéricas y rituales ocultistas en Argentina, junto con la problemática del secuestro y la trata de personas.
A pesar de ser un país con una alta tasa educativa, estas prácticas místicas continúan siendo parte de una identidad tradicional regional que no ha sido desarraigada.
Estas conductas persisten y crecen ante el retiro de la influencia de la Iglesia Católica y los cambios culturales de las últimas décadas.
El secuestro y posterior desaparición del pequeño Loan en Corrientes ha conmocionado al país, no solo por la crueldad del acto, sino también por lo que revela sobre una faceta menos conocida de la comunidad nacional: la continuidad de rituales y prácticas incivilizadas. A pesar de los avances educativos y de los medios de comunicación, persisten en algunas regiones del país comportamientos perjudiciales que desafían las expectativas de la modernidad argentina.
Por lo tanto, el caso de Loan no es un hecho casual o aislado. Ha visibilizado dos problemáticas profundas y entrelazadas: la trata de personas y la persistencia de prácticas rituales "satánicas". Este fenómeno plantea preguntas incómodas sobre la conformación de la identidad cultural nacional.
En primer lugar, el secuestro de Loan ha evidenciado la alarmante frecuencia con la que ocurren estos crímenes en Argentina, la trata de personas.
Este problema, lejos de ser una novedad, es un mal que persiste desde hace décadas, afectando a las comunidades más vulnerables.
Simultáneamente, se ha revelado la pervivencia de conductas aberrantes y primitivas que algunos sectores consideran parte de sus tradiciones. Desde la lectura de cartas astrales y horóscopos hasta rituales que demandan sacrificios, creencias que se han resistido a desaparecer a pesar de los avances educativos y la modernización del país.
Intelectuales progresistas y defensores de la diversidad cultural argumentan que estas "tradiciones" son expresiones de la rica y variada herencia cultural argentina.
Lamentablemente, el retiro gradual de la influencia de la Iglesia Católica y los cambios culturales de las últimas décadas han dejado un vacío espiritual que muchas personas han llenado con estos comportamientos aberrantes.
El caso de Loan nos obliga a enfrentar una verdad incómoda sobre la comunidad nacional: nuestro pueblo no es lo culturalmente imaginado y que muchos deseamos creer; es más, que hemos romantizado. Estas prácticas, junto con la trágica realidad de la trata de personas, revelan que una parte significativa de la población sigue anclada en usos y costumbres que desafían las normas modernas.
Para cambiar esta mentalidad y avanzar como comunidad, es fundamental reconocer y abordar estas realidades. No podemos seguir ignorando que hay una Argentina oculta que sigue recurriendo a ideas primitivas como peligrosas. Necesitamos un enfoque integral que combine la educación, el fortalecimiento de las instituciones y el rescate de aquellos que están atrapados en estos círculos de miedos e ignorancias.
En definitiva, Loan no es solo una víctima de la trata de personas; es también un símbolo de la lucha entre la modernidad y las tradiciones esotéricas.
Su caso nos desafía a mirar más allá de la superficie y a trabajar juntos para constituir un país donde todas las personas puedan vivir libres de miedo y superstición.