En el día de la toma de la Bastilla, leo a Maurras
Toma de la Bastilla
El 14 de julio de 1789, la cárcel de la Bastilla es tomada por los que más tarde serían los protagonistas de la Revolución Francesa. El lector avisado no necesita que le recordemos el carácter masónico, liberal y anticristiano de este acontecimiento histórico, con sus enormes influencias. Pero como, al fin y al cabo, el mal es privación y lo positivo es y debe continuar siendo el bien, en este día nos tomamos la libertad de hablar no de la Revolución sino de uno de los más agudos críticos del Liberalismo que la nación francesa ha parido. Y ese es Charles Maurras. ¿Quién fue él?
Antigermánico irreconciliable, acusado injustamente luego de colaborar con el Reich, Monárquico en una Francia Republicana, líder de la Acción Francesa, inspirador de políticos e intelectuales de renombre en todo el orbe (entre nosotros Julio Irazusta, Roberto de Laferrere, etc.), antiliberal, antimarxista, pero también antiestatista, amante del orden, enemigo de la revolución hecha por los de abajo, respetuoso de la revolución hecha de arriba, gran escritor (estando preso escribió 45 obras), gran polemista, enemigo de los enemigos de la Iglesia, admirador de viejos contrarrevolucionarios como De Bonald, Burke, De Maistre, creador del método que llamo “empirismo organizador”, todo eso y mucho más fue Maurras.Nuestra Opinión
Cada 14 de Julio, es especial cuando me recuerdan que es el día de la Revolución Francesa, me acuerdo de la atrocidades que se cometieron en nombre de un ateísmo laicista que fue el comienzo de la decadencia de Europa y el occidente.
Recuerdo especialmente a los mártires de La Vendée, que murieron por el sólo hecho de no ceder ante la arremetida masónica que quería -como hoy- desterrar a Dios de la mente y los corazones de los hombres.
Cuando finalmente la guillotina se impuso formalmente a la Cruz, el error se expandió por todo el mundo y dio lugar a las más tormentosas ideas y perverciones en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad; una gran mentira propagada hábilmente como una verdad.
Bajo las ideas de los revolucionarios y sus seguidores en estos dos siglos posteriores, jamás hubo ni libertad, ni igualdad ni fraternidad para la mayoría de la gente. Sólo para los grupos dominantes.
Pero se sigue festejando el 14 de Julio, como una gran liberación del ser humano, de la 'oscuridad' y el 'dogmatismo'. Hoy, sólo quedamos pocos que resistimos a la versión moderna de aquella revolución: el Nuevo Orden Mundial y su perversa ideología de género. Y a nuestra manera, también sufrimos un martirio, a través de la más profunda de las tribulaciones.