‘APOSTASÍA’ COLECTIVA: LOS QUE SE VAN SIN HABER LLEGADO
Llamado a la apostacía
Mandados por grupos pro-aborto y anticlericales, de cuño materialista y ateo, un pequeño grupo de jóvenes se presentaron a renunciar a su Bautismo, en el Arzobispado de Córdoba.
Realmente resulta curioso, aunque no menos grave, que se hayan movilizado para pedir ser excluidos de la Iglesia Católica. No se registran en otras confesiones la misma tendencia.
Existe mucha confusión al respecto, pues esta ‘apostasía’ resulta irrelevante en lo espiritual; aunque se busque un efecto mediático claro, como medida política, impulsada por organizaciones anti-vida y de izquierda que piensan que, de esta forma, pueden vengarse por el revés sufrido en la aprobación por el aborto.
Decimos que es irrelevante desde un punto de vista religioso, pues el Sacramento del Bautismo –como todo otro Sacramento- posee la característica de ser indeleble, es decir, imborrable por la sola voluntad de la persona; quien siempre tiene la oportunidad de volver a la Iglesia, si se arrepiente sinceramente de su acto negativo. No pertenece a la voluntad de las personas, sino que es una Gracia dispensada por Dios.
Claro que esta lamentable decisión, podrá tener consecuencias negativas en la relación con Dios, pero no nos corresponde hacer ningún comentario sobre esto.
No obstante, debemos poner en evidencia, que esta ‘movida’ tiene también como objetivo, continuar –pero ahora frontalmente- con las pretensiones de ‘separar la Iglesia con el Estado’, cuestión ésta que aparece ‘embozada’ en una cuestión económica, pero que en realidad –muchos lo sabemos- es una vieja aspiración de la masonería en todo el mundo. Ya lo hizo Rivadavia en su momento, desapoderando de bastos bienes a la Iglesia; origen de la devolución económica que se efectúa a los Obispos (muy pequeña, por cierto) para que mantengan el culto en sus diócesis.
Pero lo notable e inmensamente triste, es que los masones y ateos militantes, buscan justificar su odio a la Iglesia de Cristo, con mentiras y actos desmesuradamente ridículos.
Por parte de los católicos, sólo nos queda rezar por ellos y prepararnos –nuevamente- para una lucha intensa. Avanzan en todos los frentes y, por qué no decirlo, tienen poderosas armas entre las que se destacan los medios de comunicación, copados por una ideología perversa que sólo busca concretar un ‘nuevo orden mundial’ sin el Dios Creador, en quien los católicos (y cristianos de otras denominaciones) tenemos puesta toda nuestra confianza. Más allá de ello, siempre debemos estar preparados para la persecución que va a ir aumentando en violencia contra personas.
Por ahora, hemos visto demostraciones en contra de muchachos y chicas que han protegido las Iglesias Catedrales en distintos puntos de la Patria; pero que no han sido demasiado reconocidas o alentadas por la Jerarquía, lamentablemente. También se ha atacado con pintadas y lanzando bombas ‘molotov’ a templos católicos (y algunos evangélicos); sólo por que nos oponemos a este ‘liberalismo marxista’. Evidentemente, los principios morales que se encuentran en la base de la Nación, deben ser desmantelados. Una vieja aspiración que se fogonea desde la Revolución Francesa.
Pero si no han llegado, claramente de nada sirve que se vayan. No contábamos con ellos antes, y mucho menos ahora.