EN CÓRDOBA, SER ARGENTINO ES DELITO
Por segunda vez y en 4 páginas centrales, el matutino La Voz del Interior, agrede a ciudadanos que expresamos amor a la Patria, nuestra religión o el rechazo a un gobierno corrupto que nos tiene bajo prisión domiciliaria, ejerciendo sus derechos a la libre asociación con fines útiles y a la libertad de expresión. Los periodistas LITVINOFF, DALMASSO, CALDERÓN y LEYES, pretenden reivindicar –amparados en el poder del Grupo Clarín- la ideología social comunista de Lenín, Stalin, Mao Tse Tung o Fidel Castro, (que en conjunto se calcula mataron a NOVENTA MILLONES DE PERSONAS, trayendo persecución, muerte y hambrunas, por donde han pasado; sino, vean Cuba y Venezuela) y lo hacen denostando a todo movimiento nacionalista, defienda los símbolos patrios o los valores tradicionales de la Argentina. Lo realmente contradictorio es que estos personajes marcadamente zurdos, cumplen órdenes de los liberales capitalistas más poderosos del mundo.
El nacionalismo, ese profundo sentimiento de pertenencia a una nación determinada, es un bastión que el Nuevo Orden Mundial y el tiempo o la expatriación, no pueden vencer. El ejemplo paradigmático es la nación judía.
Para desacreditar cualquier movimiento en tal sentido, se usa a los propios naturales apátridas para perseguir, difamar e insultar a quienes defienden a la Patria y a sus símbolos. Todo ello, por pertenecer a una ideología marxistoide y que siguen añorando el llamamiento clasista que desconoce fronteras y propiedades privadas: ‘obreros del mundo uníos’.
La Voz del Interior
Debemos recordar que el diario La Voz del Interior fue fundado por Silvestre Rafael Remonda (con la dirección periodística de Juan Dionisio Naso), el 15 de marzo de 1904; pero fue comprado por el Grupo Clarín (propiedad de la Banca de Inversión GOLDMAN SACHS, vinculada societariamente con GEORGE SOROS; principales acreedores de la deuda externa ilegítima) y cuyas caras visibles en Buenos Aires son Horacio Magneto –con el 82% de las acciones-, José Antonio Aranda –empresario arrocero- y los sucesores de Roberto Noble (fundador de Clarín). En la edición de hoy 24 de agosto, el Director Ejecutivo es Juan Tillard y el Director Periodístico es Carlos Jornet, a los que tendremos que responsabilizar del llamado al odio a la Patria que hacen, desde las páginas de este órgano de prensa comercial, al servicio de todas las políticas antinatalistas y de control social que diseñan sus propietarios.
Izquierdas, derechas y nacionalismo
No caben dudas que esta publicación amarillista, ha sido (como en todo medio de comunicación que sigue esta línea editorial que responde a los que forman el ‘relato’ o ‘discurso único’) el gran impulsor de las agendas feministas, abortistas y LGTB; que buscan despoblar a la Argentina y apoderarse de todos los recursos naturales valiosos, ya en gran parte conseguido o en vías de consecución.
Pero más allá de ello, en las notas que mencionamos, ponen en evidencia que querer a la patria, es decir, sentirse argentino y agradecido por ello, es un delito que se sanciona con el descrédito personal y la difamación pública.
En realidad, conforme los términos de la Ley Nº 23.592, el bloque central de los artículos de La Voz del Interior que analizamos, es un verdadero discurso de odio contra los valores morales tradicionales, pero también un acto alevoso de discriminación penado por las normas legales, toda vez que el artículo 1 de dicha ley, considera punibles “particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.”
Sólo en los títulos, puede leerse la discriminación: “Derecha. Neonazis, militares y cristianos con una agenda común”; “El chapista que dirige al Patriarcado Unido Argentino”; y “Ezequiel, un neonazi cordobés que reivindica a Hitler y lucha contra la cuarentena”. Estos personajes, pertenecen ideológicamente a una zurda que maneja las compras por $44.000.000 en misotrospol, mientras despide a 1500 investigadores del Conicet.
Lamentablemente, sabemos bien que no existirá NINGÚN fiscal o juez en Córdoba que se anime a iniciar las acciones penales. Parece que tienen demasiado miedo.
Apenas uno abre la edición del 24 de agosto, se encuentra en retiración de tapa (página 2) con la intemperancia totalitaria del Prosecretario de Redacción, EDGARDO LITVINOFF (al parecer, hermano de un abogado que se enriqueció con los juicios contra los militares; a quien le prestó una inestimable ayuda periodística), hace gala de una casi innumerable cantidad de difamaciones, jugando con el honor de las personas que pertenecemos a agrupaciones que batallamos por la vida. Afirma que los integrantes de dichas organizaciones, merecemos el rechazo social por que defendemos la vida (desde su concepción hasta la muerte natural), es decir, estamos en contra del genocidio de bebés en gestación o cualquier forma de eutanasia o eliminación de ancianos); queremos nuestra Patria; somos cristianos (en mi caso, católico); sostenemos la diferencia biológica y natural entre hombres y mujeres; o defendemos la familia tradicional, a los niños y a los ancianos; somos “racistas, o xenófobos, o antisemitas (nunca falta), homofóbicos, nacionalistas, antidemocráticos o ultramontanos”. Todo por el sólo hecho de pertenecer a distintas asociaciones que se oponen, en definitiva, a la agenda de la muerte.
La técnica del miedo
Claramente utilizan la técnica del miedo a la exposición pública, para desalentar cualquier intento de resistencia a la imposición de esa agenda de la que venimos hablando. Quizás por vetusta, me parece que esa técnica de manipulación, no les va a dar demasiado resultado esta vez.
Según LITVINOFF, las notas fueron redactadas por ANA DALMASSO, MATÍAS CALDERÓN y JUAN LEYES, quienes parecen no poder digerir que les bajaron ese trapo multicolor (fue impuesto coercitivamente por el lobby LGTIBGMAXX+) de un mástil que, POR LEY fue erigido para izar LA BANDERA NACIONAL. Se cuidan muy bien de advertir que el acto de izar el trapito, constituye el delito de Malversación (arts. 260 y 261 del Código Penal) por parte del Intendente Llaryora; y de Encubrimiento por parte de los periodistas. Quizás alguna vez encontremos fiscales que apliquen la ley penal contra estos ‘revolucionarios de papel’.
Pertenezco a la agrupación ACCIÓN CELESTE CÓRDOBA y mi nombre ha sido colocado completo junto al de mi amigo Mario Ortiz (debajo de un antiguo logotipo ya en desuso), como ‘referentes’ y los periodistas ‘investigadores’ dice que somos –entre otras cosas- “antifeministas y homoodiantes”; lo cual es una verdadera difamación que tendrán que probar judicialmente.
Por lo demás, nos ‘acusan’ de ser nacionalistas, cristianos y antiabortistas; como si tales calificaciones fueran delitos. Parece increíble la mentalidad excluyente y persecutoria de estos periodistas.
En futuras notas, analizaremos otras aristas de estas extensas notas altamente calumniosas. Baste decir, por el momento, que la alta mayoría de los cordobeses queremos a nuestra Patria, somos cristianos y antiabortistas; y que no acetamos que, en Córdoba, ser argentino sea delito.