LA VIGENCIA DE LA MASONERÍA
Gran Maestre masón Nicolás Breglia
Hace pocos días, pasó por Córdoba el Gran Maestre de la Libre y Aceptada Logia Argentina, el abogado Nicolás Breglia. Según dijo al matutino La Voz del Interior, había venido a ‘Instalar’ las 15 logias de la Provincia de Córdoba (“‘instalar’ quiere decir ponerlas a funcionar con las nuevas autoridades que acaban de elegir”).
La primera cuestión que queremos destacar, como lo dice el título, es que la entrevista demuestra claramente que la masonería funciona y –con sus 15 logias- que Córdoba es una base importante en tal aspecto. La nota nos entera que existen logias en Jesús María, Villa María y Villa Gral. Belgrano.
Estamos seguros que existen más logias dispersas en la geografía cordobesa, pero el Gran Maestre se encargó de mencionar (crípticamente) las ciudades que llevan el nombre de nuestro Salvador y su Madre Santísima, como así también la del único héroe nacional que hacía rezar el Santo Rosario a su tropa. Curioso ¿no?
La segunda cuestión que se nos presenta, es la declaración de Breglia acerca de ser ‘católico’ y masón. Y lo declara medio ‘al pasar’, para confundir. Sabe perfectamente que la Iglesia Católica ha condenado a la masonería a través de todos los romanos pontífices desde el siglo XVIII: Clemente XII (el primero, a sólo 20 años de la creación de la masonería simbólica), Benedicto XIV, Pío VII, León XII, Pío VIII, Gregorio XVI, León XIII y Pío IX (ver ‘Iglesia y Masonería’ de Alberto Bárcena). El más destacado y meticuloso fue León XIII, en su Encíclica Humanum genus. La última condena fue confeccionada por el Cardenal Ratzinger -Prefecto para la doctrina de la Fe- y firmada por San Juan Pablo II (Declaración 'Quaestion est' del 26/11/83). (ver también: Reflexiones a un año de la declaración)
El documento pontificio, de una lectura muy actual y aleccionadora, comienza diciendo: “La humanidad, después de ‘la envidia de Lucifer’ rebelado por desgracia en Dios el creador y dador de dones sobrenaturales, divididos como en dos campos enemigos diferentes y entre ellos; uno de los cuales pelea sin descanso por el triunfo de la verdad y el bien, y el otro para el triunfo del mal y del error. El primero de ellos es el reino de Dios en la tierra, es decir, la verdadera Iglesia de Jesucristo; y aquellos que quieren pertenecer con afecto sincero, y como corresponde a nuestra salvación, debe servir con toda tu mente y con todo tu corazón a Dios, Hijo único de Dios. El segundo es el reino de Satanás, y sus temas son los que, a raíz de la ejemplos funestos de su líder y los ancestros comunes, se niegan a obedecer la ley eterna y divina, y muchas cosas imprendono independientemente de Dios, muchos en contra de Dios. Estos dos reinos, como dos ciudades con leyes oponentes deben estar en extremos opuestos, con gran agudeza mental que vio y describió Agostino, y ascender al principio generador de corto y profundo con estas palabras: "dos ciudades nacieron de dos amores: la terrenal por el amor de sí hasta el desprecio de Dios, el amor celestial Dios hasta el desprecio de sí mismo ( de Civit. Dei , lib. XIV, c. 17)…”
Y continúa claramente: “A lo largo de los largos siglos de la serie de estas dos ciudades luchaban unos contra otros con varias armas y combates, aunque no siempre con el mismo entusiasmo y el impulso. Pero en ese momento, los partidarios de la ciudad impía, inspirado y ayudado por la sociedad, que está muy difundido y muy elaborado mente se llama Sociedad Masónica, parece que conspiran juntos, y tratando la evidencia más reciente. Puesto que ya no ocultan sus diseños, audazmente levantarse en contra de la soberanía de Dios; funciona pública y abiertamente a la destrucción de la Santa Iglesia, con el propósito de despojar a todos, si fuera posible, los pueblos cristianos del mundo fueron bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador...”
Más adelante, luego de describir a la masonería y su acción demoledora meticulosamente, renueva la condena de excomunión a quienes, siendo católicos, se inscriben en esa sociedad que encabeza, tanto hoy como ayer y desde su creación, toda acción y perversidad en contra del ser humano.
La tercera y última cuestión, es que el Gran Maestre reivindica la actuación de muchísimos masones en la política argentina, dando por cierto que han bregado por la ‘igualdad, libertad y fraternidad’ y que lo siguen haciendo ahora. Y es cierto. Dentro de mis humildes conocimientos, podemos anotar para la masonería la imposición de la educación laica, el divorcio, las uniones gay, la ideología de género y el más aberrante feminismo extremo, parcialmente el aborto y la eugenesia; y algunos etcéteras más que poco a poco iremos analizando desde estas páginas.
Y si la masonería ha ‘ganado’ esas ‘batallas’, incluyendo la exclusión de los Crucifijos e imágenes de la Santísima Virgen María de los espacios públicos, evidentemente sólo a esa sociedad secreta podemos atribuirle el estado calamitoso de la política y la sociedad. ¿Realmente ha sido buena la masonería pro inglesa y/o yanqui para la Patria?
Ellos buscan la destrucción del Orden Natural regalado por el Creador, para reemplazarlo por un Nuevo Orden Mundial, un orden sin Dios ni Iglesia Católica, afirmado sólo en la razón humana y en un grave relativismo. Sabemos que existe o ha existido una ‘logia’ adentro mismo del Vaticano; y, por su falta de respuesta ante graves hechos de ataques a la Fe, silencio ante el aborto y avance de la ‘cultura gay’, como así también, casos concretos de persecución religiosa de la Iglesia Argentina (salvo muy contados casos), no sería extraño descubrir la pertenencia de muchos obispos y sacerdotes a las logias o, por lo menos, estar unidos ideológicamente a ellas (como en el caso de la marcha ‘ni una menos’ a favor del aborto) o con miedo enfermizo a la opinión del mundo. Resulta muy lamentable la falta de pastores que conduzcan a su rebaño, en este terrible momento que pasa la humanidad toda.
Ha existido total abstención del Episcopado Argentino, a la grave herejía que debimos presenciar en Tucumán. Al menos en Córdoba, no sentimos ni una homilía referido a este grave asunto. Tampoco reacción alguna ante la entrevista a Breglia, Gran Maestre de la enemiga mortal de Cristo, su Iglesia y del Santo Padre, su Vicario.