LOS NIÑOS, LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, EL FEMINISMO EXTREMO Y LAS DENUNCIAS FALSAS
SOS Chicos
La llamada “ideología de género” -a la que pertenecen, entre otros, una tal ‘Paloma Va’ (no sabemos a donde), ‘http://www.facebook.com/Che.Papusa.oi’, propietaria también de ‘http://www.facebook.com/pages/ASI-NO-Abuso-Sexual-Infantil-NO/116346311711332’ facebook de ‘http://www.abusosexualinfantil.org’, desde donde impunemente se encarga de calumniar e injuriar a padres que luchan por sus derechos o por los niños, ya perfectamente identificada- ha traído para el mundo una carga perversa de arbitrariedad e injusticia, tratando de imponer una serie de profundas transformaciones, que tuvieron siempre como objetivo subvertir el ser nacional de cada cultura en particular; pero tendemos a no conectarla con el padecimiento de los padres y los niños en los tribunales de familia. Sin embargo, como desprendimiento de esta malsana ‘ideología’, estos conflictos, en base a la ‘doctrina’ o ‘ideología’ de la ‘madre propietaria’, que nos impone la concepción que los NIÑOS son propiedad exclusiva de la progenitora; lo cual constituye una verdadera mentira. Tratamos de explicarlo.
La ‘ideología’, puede identificarse en forma concreta, con falacias como la de la uniones homosexuales, el cambio de sexo, la legalización del aborto, la eutanacia, el reconocimiento de la prostitución como profesión, la legalización de la droga, etc.
En los tribunales de familia (y en los penales), esta ideología malsana, se traduce en la 'doctrina' o 'ideología' de la "madre propietaria", falacia ésta conforme a la cual, se somete la Constitución, los tribunales, las leyes y a los demás integrantes de una familia, al simple voluntarismo, cuando no capricho, de la progenitora. De allí surgen todas las injusticias que la sociedad padece: Impedimento de contacto, SAP, interrupción del vínculo, alimentos, educación de los hijos, patria potestad, etc. Por que los DERECHOS HUMANOS DEL NIÑO, no son 'propiedad' de la mujer que lo parió, ni de otro adulto: Son del niño.
La arremetida de esta ideología de género, fue a nivel mundial (global), con la declarada consigna -nada nueva- de imponer un “Nuevo Orden Mundial”; como un modo contrario a los valores morales absolutos, que diferencia con exactitud lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto; notándose con mayor profundidad en España y en nuestros países latinoamericanos; en donde sus efectos destructores han sido llamativamente perniciosos. Así nos va a todos.
Es claro que “Como toda ideología, no busca la verdad ni el bien de los demás, sino solamente la conquista de sus voluntades, para utilizarlas con un fin espúreo” (SCALA, Jorge - “La Ideología de Género o el Género como herramienta de poder”, Ediciones Logos, Pág. 8.)
Aunque parezca inconmensurable o increíble, el ‘fin espúreo’ perseguido, en última instancia, es la destrucción de la Humanidad; o, en definitiva, la Obra Creadora de Dios, que encuentra la creación más perfecta en ella, a quien el Creador sometió todas las cosas creadas.
Como claramente lo explicaba el Cardenal Bergoglio, hoy S.S. Francisco: “No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios".
Ideología de la muerte y la destrucción de los niños
Por que si pretende y logra destruir a la Familia, si pretende imponer la ‘construcción mental del sexo’ -admitiendo y justificando la homosexualidad-, si aprueba el homicidio de los nonatos -aborto-, si -en definitiva- propone el más absurdo relativismo moral; objetivamente podemos decir también que es una ‘ideología de la muerte’ en toda su extensión.
Aunque difusamente -por que no se presenta como persona o grupo definido-, esta ‘ideología’ “utiliza el engaño como un medio imprescindible para alcanzar su finalidad. La razón es obvia: quien pretende utilizar a los demás en su propio provecho, no puede decirlo abiertamente. El ideólogo utiliza el engaño como una herramienta de trabajo, de modo semejante al uso que le da el albañil a los ladrillos, el balde y la cuchara.” (SCALA, Jorge, Obra y página citada.); con lo que completo la idea personal de que todo lo que está ocurriendo, es obra concreta del ‘padre de la mentira’ (el que sepa, que entienda).
Como que es una ‘ideología de la muerte’, se expande a cuestiones que no tienen que ver necesariamente con los sexos: Mata de todas las formas posibles: Mata a los niños por nacer; mata a los viejos y enfermos con la eutanasia; ataca y destruye matrimonios; mata con la droga; es decir, mata todo lo bueno que tienen las personas; y mata el alma de los niños de padres separados y como consecuencia inexorable de ello, también mata el futuro de la comunidad. Sin niños sanos, fuertes y protegidos, difícilmente tengamos una sociedad que pueda dar buenas respuestas a sus integrantes.
La estupidez
En el trabajo cotidiano en los Tribunales de Familia (y en los penales, también), -formado jurídicamente en otros tiempos- comencé a advertir -y no por propia capacidad, con seguridad- que habían aumentado considerablemente los conflictos de parejas y que esas rupturas, traían grandes y profundos efectos negativos sobre los matrimonios, pero especialmente a los hijos menores, absolutamente inocentes de tales conflictos.
Conmueve, debo expresarlo, la hiriente insensibilidad de los jueces y funcionarios judiciales con respecto a los niños y a sus progenitores (lo que venimos denunciando en SOSChicos desde hace tiempo). Es tan profunda y tan generalizada, que debían existir razones más allá de las jurídicas.
Y las hay, con sólo pensar que la arremetida de esta ‘cultura de la muerte’, es -como ya dije- global; y las personas de carne y hueso, que fungen de jueces, secretarios, fiscales y asesores (y que en esencia no lo son o sólo trabajan y reciben un sueldo por ello); por convicción, por ignorancia, o por estupidez, se encuentran al servicio de esta ‘ideología de género’ y se hacen cómplices (en el sentido delictual de la palabra), conciente o inconscientemente, de la muerte y destrucción de la familia y, esencialmente, del alma y la psiquis de niños inocentes.
Como dice Scala, muy bien, como toda ideología utiliza como herramienta principal -tanto como los albañiles el compás y la escuadra- la calumnia, el engaño, la mentira y la falsedad. Y, como se explica en otra nota, "la calumnia mata".
En el colmo de esa actitud, los jueces -aún cuando tienen pruebas objetivas de lo contrario- tuercen los hechos y violan permanentemente las leyes, -adecuándolas a favor de la ‘madre propietaria’, torciéndolas o simplemente ignorándolas-, con tal de beneficiar a quienes ellos quieren beneficiar, generalmente las mujeres; de suerte que -al decir de una colega- se encuentran permanentemente en ‘prevaricato’, ilícito éste que parece haber perdido todo valor o sentido.
Los Derechos Humanos y el ‘interés superior del Niño’
La Convención sobre los Derechos del Niño, es un Tratado Internacional que tiene el mismo rango que la Constitución Nacional para los argentinos (art. 75 inc. 22); y la Ley 26.061 -dictada por el Congreso- reglamenta ese Tratado -Ley suprema de la Nación (art. 31º)- para el orden interno.
Llama poderosamente la atención -en primer lugar-, que los tribunales NO apliquen ni uno ni otra; y que los abogados no las invoquen en sus escritos; creándose en su lugar, todo un complejo ‘criterio’, no sólo ilegal, sino que ha servido para neutralizar la vigoroza obligatoriedad de una ley del Congreso. Las razones: La ‘ideología’ no puede con los derechos humanos del niño.
El ‘interés superior del niño’ no es lo que nos dicen los ‘criterios’ personales de los jueces y demás funcionarios administrativos o judiciales, sino que está objetivamente definido por a Ley 26.061 e integrado por:
- El derecho a ser tratado como ‘sujeto de derechos’, es decir, como PARTE en el expediente, e INDEPENDIENTE del conflicto de sus padres. Por lo tanto, en cada resolución o acuerdo homologado, si no está contemplado el ‘interés superior del niño’, son nulos e inconstitucionales (art. 3º);
- El derecho a ser oído o escuchado ‘cualquiera sea la forma en que se exprese’, ya sea que el niño se manifieste a través de sus padres biológicos o de su propio abogado (art. 3º);;
- El derecho a que se respete su ‘Centro de Vida’, que es el lugar en donde el niño ‘ha vivido la mayor parte de su existencia’ (art. 3º);
- Y, el más importante de todos, a “mantener relaciones personales y contacto directo con AMBOS padres de modo regular” (art. 9 de la Convención sobre los Derechos del Niño), que debe ser leído con el art. 11 de la Ley 26.061 que claramente dice que el NIÑO tiene derecho a:
“a mantener en forma regular y permanente el vínculo personal y directo con sus padres, aun cuando éstos estuvieran separados o divorciados o pesara sobre cualquiera de ellos denuncia penal o sentencia”
Denuncias o sentencias
Según la Ley 26.061, en consecuencia, las denuncias o las sentencias penales en contra del padre, no puede impedir u obstaculizar (Ley 24.270) el vínculo con el niño. Por que el DERECHO es del NIÑO y no de sus padres o de cualquier otro adulto.
Mucho menos, la ‘madre propietaria’, por que no es ‘dueña’ de su hijo.
La ‘ideología de género’, nos ha impuesto que con sólo la denuncia por ‘violencia de género’ (inclusive con contenido sexual -de allí la insistencia-) son suficientes para quitarle al niño el derecho a ver a su padre. No es así, como lo explicamos. Es más, resulta manifiestamente inconstitucional, en todos los casos.
Si ni aún con 'sentencia' penal en contra, se puede interrumpir el vínculo del NIÑO con su padre biológico, no es posible admitir que un Juez -que tiene que respetar la Constitución y las Leyes-, ordene una 'tenencia' por el sólo hecho que la mujer haga una denuncia, encima falsa. Pues NO está respetando los DERECHOS HUMANOS DEL NIÑO, y avasalla así toda garantía constitucional del progenitor, pues todo habitante de la Nación Argentina (art. 18, Constitución Nacional), "es inocente hasta que sea declarado culpable por una sentencia". La denuncia es sólo una noticia, y no puede tener -nunca- el efecto de una condena criminal. Así de simple.
Una gran mentira, se apoya en otras mentiras tremendas, que dejan en el camino -como explicamos- un tendal de mártires.
Debemos hacer todavía un gran esfuerzo personal, para revertir lo que nos está pasando.
Aclaraciones o dudas en: http://www.facebook.com/EstudioFerreyraViramonte?ref=hl