POLÍTICA A LOS EMPUJONES, CON UN MISMO PERDEDOR
Los militares nos empujaron a la política de Alfonsín, quien nos empujó a la política de Menem, la de Menem a la De la Rúa, De la Rúa a la de los Kirchner, los Kirchner a la de Macri; la política de Macri, nos vuelve a empujar a los Kircher, aunque ahora le digamos ‘Fernández’. Se describe así una ‘política del empujón’, que vicia toda voluntad ciudadana, con una tendencia irresistible a votar por miedo, irreflexivamente o creyendo las mentiras de un ‘salvador’ que lo libere de sus responsabilidades.
Los resultados de las PASO, en realidad, sólo sirvieron para alentar pasiones y castigar un desgobierno apátrida y servil a los intereses externos. Pero el futuro no se presenta muy alentador.
Acordamos con el análisis de un conocido conductor de TV de Córdoba (‘Lagarto’ Gizzardi, en el ‘Show de la mañana’) quien, entre otras consideraciones, dijo que el gobierno recibió un castigo por pensar más en el ‘mercado’ que en el ‘supermercado’ (https://eldoce.tv/el-show-tv/lagarto-guizzardi-todavia-cordobeses-ganado-rencor-cristina-kirchner-alberto-fernandez-elecciones_88271). Y creo exactamente lo mismo, al menos en este tramo.
Pero la cuestión más grave, es que toda nuestra vida social y comunitaria –aún con el acuerdo a este comentario- se centra en el ‘impacto en los mercados’, en el valor del dólar estadounidense o en el ‘riesgo país’, todos vectores ya calculados hace rato por el verdadero poder en nuestra Patria; y que poco interesa al ciudadano común, que no especula con los mercados, ni le sobra para comprar dólares, ni sabe qué es el riesgo país.
¿Creen los lectores que los grandes financistas desconocían lo que iba a pasar con las P.A.S.O., tomando con antelación los recaudos para proteger sus inversiones o comprar millones de dólares? El que cree lo contrario (como aquellos que tozudamente insisten en culpar a los KK, ahora ‘FF’), es un verdadero ingenuo sin un ápice de sentido común o pensamiento crítico.
Como dijimos en una nota anterior, la ‘grieta es para los ingenuos’ que todavía creen en las publicidades o propagandas de políticos que sólo prometen siempre las mismas cosas, pero una vez en el poder, se olvidan de la gente que los votó,
A este humilde medio, nunca le interesaron estas elecciones PASO, por considerarlas un disparate verdaderamente inocultable. Sólo sirvieron inocultablemente, por lo que dijimos, para que los ricos se hagan más ricos y los pobres, mucho más pobres.
Pero lo verdaderamente importante, salvo en muy contados casos, estuvo absolutamente ausente. Sorprende que los más votados (hasta el 5 o 6 lugar) sean TODOS abortistas, salvo uno que declamó lo contrario (pero sólo, según dicen los expertos, como una alternativa electoralista para nada sincera). Esos votos serán, seguramente, para Macri en octubre.
Sigue importando más el aspecto económico o financiero que las cuestiones realmente importantes para la subsistencia de la Patria (término que algunos jóvenes nunca han usado en toda su corta vida). Y la Patria se nos va, persiguiendo quimeras que nos prometen oro y electrónica, a cambio de nuestro desinterés en la cuestión política. Buscamos ‘salvadores’ y no gobernantes; ‘solucionadores’ y no ‘administradores’ fieles de la cosa pública… y si nos mienten –unos y otros- preferimos votar con un venda puesta sobre los ojos que miran la realidad y a pesar de ello, lo que resulta –invariablemente- en el empeoramiento de las condiciones de vida de todos los argentinos.
En Córdoba, no obstante, a Encuentro Vecinal Córdoba (único por las 2 vidas) le alcanzó para presentarse en las verdaderas elecciones. Algo es algo.
Pero a nivel nacional, resulta triste que la única propuesta con verdadero sentido nacional (Frente Patriótico) no haya obtenido el mínimo necesario para competir.
Resulta curioso que nadie vea la realidad y que muy poco veamos que a nuestros gobernantes no los elegimos nosotros, sino que se deciden a muchos kilómetros de acá. Mientras tanto, nos cavan la mente con ideologías homicidas y contra natura, avanzando cada día un poco más. Mientras tanto, los precios aumentan y se hace insoportable la presión tributaria y el desgobierno. Con el híper endeudamiento con el FMI (misma política de siempre) –que el actual gobierno de Macri ha aumentado en u$s 140.000 millones de dólares, a pesar que se trate de ignorar- nos lleva a una crisis peor que la última que fue, a la ves, más grave que la anterior. Y todo para quedarse con el Sur de la argentina. Todos los que hayan votado a uno u otros de los principales competidores, han sellado con su voto la suerte de la disgregación y división de la Patria… nos duela o no. Ahora, sólo tendrán que elegir de qué lado quieren vivir (o morir)
Las elecciones
La elección de gobernantes, parece reducirse a una competencia con ‘ganadores’ y ‘perdedores’, pero sin darnos cuenta que tal categoría será aplicable sólo para los candidatos. Los votantes, sólo deberíamos preocuparnos por votar a quienes creemos que nos representan, sin preocuparnos por peleas llenas de astucia y mentiras.
Ello impediría que se concreten planes que nos impulsan a ser víctimas de esa ‘política del empujón’, pero para ello necesitamos tener un espíritu libre y un pensamiento crítico y objetivo.
De la decisión de cada uno, depende la dirección que la Patria tome e impactará directamente sobre las generaciones futuras.
Pero lo grave es que votemos por quien votemos, el gobierno ya está elegido sólo que todavía no conocemos los resultados.
Me parece increíble que debamos votar por dos opciones increíblemente perniciosas: una que ya gobernó nefastamente y otra que se asienta no sobre lo hecho, sino sobre el miedo a la otra.
Pero vamos en caída libre desde que tengo memoria. Crisis sobre crisis y desaciertos sobre desaciertos. Unos nos empujan hacia los otros y éstos a unos peores todavía. Mientras tanto, nuestros recursos naturales y las grandes potencialidades de los argentinos, se diluyen en cantos de sirena y en promesas incumplidas.
A ningún político le importamos nosotros, la gente común. Sólo se deben a patrones que –por préstamos que se llevan los bancos y financistas, con las consabidas ‘coimisiones’ a los traidores locales- imponen aborto, eutanasia, políticas LGTB…, es decir, toda perversión capaz de corromper y dividir.
Entretenidos con el ‘River-Boca’ electoral, vamos deslizándonos sobre un tobogán que parece no tener fin.
Quizás haya llegado el tiempo de la abstención en masa o de demostrar a la clase política que deben empezar a pensar y actuar en beneficio del bien común, sin esperar siempre las inversiones externas (que nunca llegan) ni el ‘comportamiento de los mercados’, sino en las concretas realidades de miles de personas que sufren todo tipo de carencias y, sobre todo, en un verdadero proyecto de recuperación de una Argentina grande y estable, que asegure a sus ciudadanos la seguridad, la salud y, sobre todo, la Justicia.
Pero es inútil hacerse demasiadas ilusiones. Nada va a cambiar y seguiremos cayendo hasta el infinito, si no comenzamos a pensar en las generaciones venideras.
Para eso hace falta, primero que nada, una inmensa autocrítica personal; y aprender a ver los ‘signos de los tiempos’ juzgando con mente crítica y objetiva. Basta de creer en una ‘democracia’ que no existe y en la cual depositamos todas nuestras esperanzas… y frustraciones. “Maldito el hombre que confía en el hombre” dice Dios en el antiguo testamento; y es eso lo que hacemos los argentinos. Insistimos en sacarlo a Él de nuestra vida y confiar en la ‘diosa razón’ humana, que es la imbecilidad más grande que se le pudo haber ocurrido a alguien.
Mientras tanto, nuevamente somos empujados a votar a unos ladrones y sinvergüenzas que nada bueno van a traer... ni nada van a cambiar. Sea el que fuera el 'ganador', los perdedores somos el excedente de la clase política.