EDITORIAL Jueves 16 de Julio de 2020

SOMOS EL 99% y NOS QUEDAMOS CALLADOS

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‘La Argentina será lo que nosotros la hagamos NO de brazos cruzados sino estando donde hay que estar, diciendo lo que hay que decir, y pagando el precio que hay que pagar. La cobardía es la mejor socia de los inescrupulosos.’

Una de las frases que utilizó nuestro párroco en la carta que nos envía semanalmente, me motivó a reflexionar sobre algunos asuntos.

El texto entero lo publicamos en Los Principios (dejo el link abajo) y realmente recomiendo su lectura.

Me quedó especialmente esta frase:

‘La Argentina será lo que nosotros la hagamos NO de brazos cruzados sino estando donde hay que estar, diciendo lo que hay que decir, y pagando el precio que hay que pagar. La cobardía es la mejor socia de los inescrupulosos.’

Me pareció genial y concuerda con lo que vengo pensando de nosotros los argentinos desde hace un tiempo, incluyendo especialmente el de esta declarada pandemia.

Creo que en nuestra vida civil, tenemos un comportamiento de rebaño que se deja conducir hacia cualquier lado, sin cuestionamientos de ninguna especie.

Y eso se debe a que tratamos de escabullirnos del lugar en donde debemos estar: Como empleados, renegamos de nuestro trabajo y sus horarios; como matrimonios, padres o madres, huimos y sentimos agobio por nuestras obligaciones. Como ciudadanos, le endilgamos nuestras responsabilidades a los políticos, “pues para eso los hemos elegido”. En definitiva, siempre queremos estar en otro lugar.

Creo que este tiempo de ENCARCELAMIENTO INCONSTITUCIONAL, a muchos nos ha servido para terminar de darnos cuenta que todo esto ha sido nada más que una prueba para medir la respuesta de la sociedad ante un peligro para la salud. En definitiva, un experimento para probar la respuesta de la gente ante el miedo. Y si bien hubo personas que por su profesión o empleo se han preocupado, tomado riesgos y hasta muerto por salvar la vida de otros, hemos visto en la mayoría una reacción casi neurótica; tanto que llegan a paralizarse por ese miedo, logrando sólo una respuesta instintiva o atávica a modo de ineficaz defensa.

Estas últimas personas, no tienen capacidad para preguntarse –por ejemplo- por qué está pasando esto y mucho menos formular una hipótesis sobre el origen y objetivo de la supuesta pandemia. Ni siquiera, excepto una valiente minoría, es capaz de darse cuenta que la actividad económica se ha detenido en un 70%, que hay gente –muchísima- que ha perdido su trabajo o lo han visto precarizado; por lo que se suman al ejército de pobres que, según estimaciones muy suaves, llegará a un 60% de los argentinos. ¡60%!

Esta mayoría temerosa, NO SE ANIMA A DECIR LO QUE TIENE QUE DECIR: Que el gobierno está abusando de su poder inconstitucionalmente, para mantenernos irresponsablemente en una virtual prisión domiciliaria. Para colmo, todos sabemos que el presidente cumple órdenes del poder mundial y que, como otros países del mundo especialmente hispánico, va a terminar destruyendo la economía y ponernos de rodillas psicológicamente. Aprovechándose de ese temeroso comportamiento nuestro, el presidente y todo su entorno (verdaderamente traidor) mundialista, nos utilizan de cobayos para probar vacunas antivida.

Si esto no es traición a la Patria, no sé en donde está la traición.

Lo grave es que les ha dado resultado y han logrado que toda la vida social sea manejada desde el secreto y la oscuridad. Sólo vemos la punta del iceberg, pero con eso basta para que algunos nos demos cuenta que es el final de un proceso de dominación mundial, que se basa en la concentración cada vez mayor del poder en pocas manos.

Este proceso comenzó a gestarse hace mucho, pero se hizo visible a partir de fines de la década de los 80’ y principios de los 90’-

Comenzaron por reformar el Poder Judicial, creando una dependencia absoluta con los poderes políticos. A esto se le llamó ‘democratización del poder’. Luego siguieron, con menos esfuerzo, con el Poder Legislativo; para finalmente convencernos que TODO el poder lo tiene el Poder Ejecutivo. Esto ocurrió basándose en la fuerza de los votos conseguidos en elecciones, que de antemano estaba perfectamente arreglado. Nadie puede asegurarnos que el que gobierna tenga realmente la mayoría de los votos. Basta una rutina informática, para manejar los resultados electorales.

De esta forma, poco a poco (pero tenazmente), los poderes mundiales, ayudados por la inmoralidad y corrupción de los políticos (que también son elegidos a dedo) se fueron adueñando de cada país y cada institución del mundo. Ahora, ya parece imposible revertir nuestra realidad. Pero remarco ‘parece’, porque sí es posible resistir y lograr que fracase su agenda mundialista.

En estos momentos, estamos ante la posibilidad clara que en la Legislatura Porteña se apruebe el aborto. Sabemos que es absolutamente inconstitucional y, por lo tanto ilegal. Pero no tenemos jueces capaces de defender la legalidad y detener la corrupción a la que nos vemos sometidos.

Es momento que comprendamos la seriedad de lo que está presente y, sobre todo, NO TENGAMOS MIEDO. Somos el 99% de la población mundial, manejada satánicamente por sólo un 1%. Y debemos reaccionar, pues estamos en una guerra silenciosa que vamos perdiendo por desinterés e ignorancia.

Por supuesto que nada podremos hacer solos. Ha llegado el tiempo de reforzar nuestro pedido de ayuda a Dios, fuente de toda razón y justicia.

 

Autor: Dr. LUIS FERREYRA VIRAMONTE - Director

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