Tortura, secuestro y amenazas en Venezuela
"La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Venezuela condena con indignación la humillación, la burla y el dolor causado a nuestros hermanos, el capitán Rafael Acosta Arévalo, quien murió a consecuencia de las torturas de sus captores y al joven Rufo Chacón Parada. desfigurado y ciego por la policía mientras manifestaba por la falta de gas doméstico.El Estado venezolano es responsable "
este es el comienzo de la dura declaración enviada a Fides con la cual los Obispos denuncian la represión sufrida por el pueblo cuando se expresa democráticamente.
El capitán de la Armada, Rafael Acosta Arèvalo, fue arrestado el 21 de junio por cargos de terrorismo, sedición e intento de asesinato del Jefe de Estado. Fue detenido en la Dirección General de contraespionaje militar y murió el 29 de junio tras ser torturado. El joven Rufus Chacón Parada, de 16 años, quedó desfigurado y perdió los ojos después de que la policía le disparó en la cara durante una protesta popular pacífica por la falta de gas el 1 de julio en Cárdenas, estado de Tachira.
"No consentiremos la manipulación, la disimulación y la mitigación de estos graves acontecimientos. Es nuestro compromiso como Iglesia, que ve en el rostro sufriente de la familia y las víctimas el dolor de nuestro Señor Jesucristo. Estas dos víctimas representan hoy el grito de muchos. otros ciudadanos que han sido sometidos a los mismos esquemas y sus eventos se han hecho invisibles", continúa el texto, antes de hacer una lista de denuncias: "Los casos de tortura, secuestros, amenazas de intimidación son ahora prácticas de cuerpos policiales y militares. La conducta inmoral va en contra de la dignidad de la persona y todas las autoridades son responsables ".
"Como miembros de la Iglesia, notamos que los autores de estos actos crueles son jóvenes de 22 y 23 años y nos preguntamos: ¿Es esta la nueva generación de las Fuerzas Armadas? Sin duda, estos jóvenes autores también son víctimas de un sistema que ha permitido tal Degradación moral y espiritual en nuestro país" denuncian los obispos. El texto concluye con una solicitud al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para exigir al gobierno de Venezuela que ponga fin a estos abusos y violaciones de los derechos humanos.
Apenas ayer, 4 de julio, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe invitando al gobierno venezolano a "adoptar rápidamente medidas específicas para detener la grave violación de los derechos". El documento indica que al no actuar de acuerdo con las sugerencias, "continuará la emigración de la población hacia el exterior y empeorará las condiciones de vida de la población que permanece".
Ante esta nueva ola de violencia interna, Juan Guaidò convocó a la población venezolana hoy, 5 de julio, en Caracas, para una marcha nacional para exigir el fin de la tortura y las violaciones de los derechos humanos. Guaidò en esta ocasión también pide a la ONU y la comunidad internacional que apoyen la iniciativa. La movilización popular partirá de la sede de las Naciones Unidas para llegar a la sede de la Dirección General de contraespionaje militar, donde el capitán Rafael Acosta Arévalo fue detenido y fallecido.