NOTA DE OPINIÓN
Miércoles 15 de Junio de 2022
LA ARGENTINA CIRCULAR O EL PAIS DE LA DESMEMORIA
Roberto Castellano
Durante la celebración del Foro Económico Mundial en la localidad de Davos, Suiza, se dio inicio a lo que se llamó “El gran reinicio económico mundial”. Allí se estableció lo que se conoce como Agenda 2030 a implementar por la ONU a través de sus agencias.
El gran reinicio o gran reseteo es una propuesta de economía planificada para “reconstruir la economía mundial” tras la pandemia del Covid 19, a través de 17 objetivos o metas.
En la práctica es una nueva división internacional del trabajo como impulsaba Gran Bretaña en el siglo XIX, con la diferencia que ahora no sólo es productiva sino también demográfica, militar y tecnológica.
Ceri Parker, la editora del Foro Económico Mundial nos revela 8 predicciones para el 2030, a saber:
Todos los productos se habrán convertido en servicios.
El fin del carbono
El fin del liderazgo de EEUU; con la aparición de un orden policéntrico (EEUU, China, Rusia, India, Alemania; Japón)
Adiós a los hospitales
Se eliminaría el consumo de carne
Los refugiados sirios
El fin de los “valores” de Occidente
Seres humanos en Marte para el 2030
Este plan fue presentado en mayo 2020 por el príncipe Carlos de Inglaterra -príncipe de Gales- y el excéntrico Klaus Schaw que ofició como director del Foro Económico Mundial.
NADA NUEVO BAJO EL SOL
Si nos atenemos al Informe Rockefeller de 1969, al del Club de Roma de 1972 o al Informe Kissinger de 1974, vemos la preocupación constante de las élites y de los grandes centros de poder mundial por “controlar” el desarrollo del planeta, estableciendo básicamente un equilibrio favorable a sus intereses , siempre bajo el disfraz “filantrópico” o “cientista social”.
Todos estos informes han dado lugar a comisiones o tratados donde a los estados nacionales se les fijaban pautas poblacionales, defensivas, productivas, económicas y hasta culturales.
Por ejemplo a Argentina, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, ex defensor de Mario Roberto Santucho -cabecilla del ERP en los 70- y dirigente radical que afiliara al radicalismo a la Internacional Socialista con sede en Londres, se le impuso durante su mandato que no aceptara el Club de Deudores Latinoamericanos que algunos proponían para la deuda externa; que pusiera la totalidad de las empresas del estado como garantía de dicha deuda, cosa que hizo Mario Brodersohn en Washington; que desmalvinizara las FFAA sentándolas en el banquillo de los acusados por su lucha contra la guerrilla y que promoviera la revolución cultural laicista mediante la reforma pedagógica. Resta decir que el gobierno de Alfonsín terminó en un desastre, ni completó su mandato y dejó al país en manos de una monstruosa hiperinflación. Ampulosamente “al padre de la Democracia” como se lo denomina se le terminó su tiempo dejando a la Argentina hipotecada, dividida, detonada económicamente y con la mayor impunidad para los delitos económicos heredados y los de sangre de la guerrilla impulsada por Estados extranjeros.
Alfonsín le terminó confiando el juzgamiento de las Juntas a los jueces designados por el Proceso Militar los que sin sonrojarse juzgaron a los miembros de las FFAA y a sus “cómplices” (SIC).
Luego vino Menem, ejecutó la hipoteca sobre los bienes públicos que había contraído Alfonsín, mediante privatizaciones ruinosas donde se remató el patrimonio nacional capitalizando bonos a la par en las ofertas; títulos que habían sido adquiridos en el mercado al 10 % de su valor. Se vendió el único portaviones que tenia la Argentina, se cerró la fábrica de submarinos, se eliminó el servicio militar, se discontinuó la fábrica de blindados y se terminó en Falda del Carmen (Córdoba) con el desarrollo del misil Cóndor, bajo la supervisación del embajador estadounidense Terence Todman. Se terminó con gran parte de la traza ferroviaria y se afilió al Partido Justicialista a la internacional liberal con sede, también en Londres.
Se puso de ministro de economía al ex presidente del Banco Central de la República Argentina durante el gobierno cívico militar , Domingo Cavallo, quién había estatizado la deuda pública privada en la que estaba incluída la del grupo Macri.
Alberto Fernández proveniente de la Ucede de Alvaro Alsogaray era elegido legislador por la ciudad de Buenos Aires por el partido de Cavallo; Mauricio Macri se afiliaba al Partido Justicialista y el matrimonio Kirchner se llevaba a Suiza cientos de millones de dólares del desguace de YPF efectuado por Menem-Cavallo. Los Kirchner operaban en consonancia con los militares en Santa Cruz durante el proceso militar, al punto que Alicia Kirchner era ministro de la intervención provincial, vinculación que inició en 1975 y siguió en toda la época del llamado Proceso.
Luego Menem y Cavallo firmaron los ignominiosos Tratados de Madrid, el Versalles argentino, ante el silencio de todo el arco político, incluyendo a los radicales, peronistas, socialistas, cavallistas, fernandistas o kirchneristas.
Nada nuevo bajo el sol.