Zalazar: ¿Tenés idea del daño que causás?
Las personas que llevan sobre sus hombros responsabilidades republicanas deben ser hombres y mujeres "distintos". Porque, más allá de sus cualidades intelectuales, hay otras que hacen que ellos cumplan con el deber que la Patria les asignó. Pero hay algunos que ... ¡mi Dios!
Te debería tratar de usted.
Antes, tu investidura era como una armadura de oro que hacía que la sociedad te mirara lejos, distante, ecuánime, intocable, justo, limpio, respetuoso, admirado.
Ahora ya no tienes ni siquiera una armadura de cartón corrugado.
Como vecino, opino que te convertiste en algo despreciable, en donde tus ojos ya no están tapados y tu mano no empuña la balanza ni la espada.
No sé qué reciben tus manos. Casi que ni quisiera saber.
Me dirijo a vos, juez Salazar (sí, con minúsuculas) que argumentaste que como la conducta del Intendente Mestre y Viceintendente Cossar "fue pública y no oculta", la denuncia por dádivas era inadmisible.
Y, más patético aún, fue equiparar el "escaso valor intrínseco de la dádiva recibida, a los regalos que hacen abogados a los dependientes de los juzgados e, incluso, a los funcionarios como parte de un reconocimiento a su buena predisposición". Y, como si esto fuera poco, que "a nadie podría ocurrírsele tipificar como delito la entrega y aceptación de esos presentes". (1)
Eso dice la crónica periodística que, de ser cierto, me imagino que habrá algún Fiscal con los cojones suficientes y el alma limpìa como para investigar esta barbaridad.
¿Estás queriendo decir que la gente del Poder Judicial recibe "regalitos" por parte de los abogados? ¿Te parece que eso está bien?
No soy abogado -y si los abogados son como vos Salazar, tampoco lo quiero ser- pero el sentido común, cívico y republicano que hay dentro de mí, REPUDIA esto último.
JAMÁS, repito, JAMÁS, podré aceptar que los empleados y funcionarios del Poder Judicial reciban regalos por parte de los abogados ni de nadie.
Salazar, no merecés ser Juez. Perdón, me equivoqué, nosotros los vecinos de Córdoba, no nos MERECEMOS un juez como vos, ni como Patricia Farías, ni como Gabriel Pérez Barberá. Son lo más parecido a unos mercachifles de baja calaña.
No sé si saben, pero crean DESCONFIANZA en la justicia. La Gente no les cree. Están socavando uno de los pilares del sistema republicano, porque a los ciudadanos lo último (y único) que nos queda cuando todo está mal, es la Justicia. La verdadera, no la de ustedes. Se comportan como unos asesinos de la confianza de la gente.
Tuve la suerte y el honor de haber tenido una Nana (ésta sí con mayúscula) que se llamo Elena Salazar, el mismo apellido tuyo. Se debe estar revolviendo de la bronca en su tumba. Porque ella, con su poca instrucción, con su trabajo de todos los días, con su abnegación, con su entrega por el "otro", pulió su apellido y lo hacía DIGNO. Algo que vos, instruído, con el rol de Juez de la Nación sobre tu espalda, con todo lo que tal vez no sepas lo que significa, lamentablemente con su mismo apellido, no. Absolutamente no. Pero eso es una cosa de tu familia.
Me quedo con Elena toda la vida. Ella era una señora digna.
Que Dios y la Patria te lo demanden a vos y también a tus secuaces. Nosotros, los vecinos, a los tres juecesitos de pacotilla de la Cámara de Acusación que archivaron la causa de las dádivas, ya se lo estamos demandando.
Cristian Sosa
Miembro de:
ENCUENTRO VECINAL CÓRDOBA
Participación, Pluralismo y Democracia
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Nota
(1) http://www.lavoz.com.ar/