POR COIMAS, FISCAL DENUNCIA A JUEZ ESTEBAN DÍAZ OLMOS
Enrique Gavier pidió el apartamiento de Esteban Díaz Olmos por presunta parcialidad y lo denunció por cobrar para liberar a un imputado. Sostiene que hay escuchas telefónicas que respaldan las acusaciones. N.deR.: Hicimos también una denuncia contra este mismo Juez, DÍAZ OLMOS, por la comisión de varios delitos de corrupción. Realmente lamentable
Como hecho inédito en la Justicia cordobesa, el fiscal Enrique Gavier denunció que el juez de Control Esteban Díaz Olmos cobró coimas para liberar a un imputado.
La presentación ante la Fiscalía General, similar a la enviada al Tribunal Superior de Justicia, es parte de un enfrentamiento entre el instructor y quien analiza sus actuaciones recurridas.
En las últimas semanas, Gavier recusó a Díaz Olmos por lo que considera evidente parcialidad al tramitar una causa en la que está imputado José Walter Bucheme, vinculado a La Trenza, un grupo que supuestamente manipula remates judiciales.
El fiscal le reprocha a Díaz Olmos haber liberado sin fundamentos a Bucheme, en una causa en la cual el abogado Miguel Ortiz Pellegrini patrocina a Ana María Ghisleri, presunta damnificada y dueña de una casa.
La recusación planteada por Gavier fue rechazada inmediatamente por la Cámara de Acusación. Según normas procesales, luego de esto no es posible recurrir ante una instancia superior.
Pero días más tarde, el fiscal, titular de Delitos Complejos, volvió a la carga y aportó supuestas escuchas telefónicas en las que la actuación de Díaz Olmos se vería comprometida por supuesto cobro de coimas, acaso en la misma sede de su juzgado.
Esto fue motivo para que Gavier vuelva a recusarlo por parcialidad y a presentar una denuncia penal contra Díaz Olmos por toda su actuación.
En ese punto, el fiscal denunció el supuesto cobro de una coima para liberar a Bucheme, la “admisión informal de terceros extraños al proceso” y una serie de actitudes que entiende parciales.
También reprochó que, como ya sucedió en otros casos, a horas de liberar a Bucheme se haya presentado su primo, el abogado Ernesto Gavier, como nuevo defensor. Ahora, Díaz Olmos debe resolver si aparta al instructor.
La causa
Bucheme fue imputado por Gavier por los supuestos delitos de usurpación, defraudación por contrato simulado, falsedad ideológica, tentativa de estafa procesal reiterada y uso de instrumento público falso reiterado. Habría intentado apropiarse de una casa cuya mitad había adquirido en un remate tras un divorcio.
Ana María Ghisleri, la supuesta damnificada, se quedó con el otro 50 por ciento y debió litigar contra Bucheme, quien habría desoído órdenes judiciales y ocupó la propiedad con inquilinos y contratos de locación de dudosa validez, siempre según la causa.
La mujer asegura haber vivido un calvario luego de que Bucheme compró en remate la mitad indivisa de un inmueble ubicado en barrio Alto Verde.
Según la acusación, fue despojada de la vivienda por Bucheme, mientras la llave de la casa estaba en el tribunal que tenía el juicio de división.
Esta circunstancia habría sido aprovechada por Bucheme, quien habría irrumpido en el inmueble cambiando las cerraduras y poniendo un cuidador a su cargo para que Ghisleri no pudiera ingresar, según la denuncia.
Luego, se lee en la causa, ante la inminencia del remate, Bucheme y su socio Roberto Ponce habrían creado un documento falso por medio del cual el primero le concedía al segundo la locación del inmueble por 10 años, instrumento que fue usado, entre otros fines, para devaluar el precio del bien en la subasta, donde pensaban comprarlo a valor irrisorio.
Advertida de las maniobras, la mujer consiguió adquirir la otra mitad del inmueble a través de su abogado, pero a casi seis veces más de lo que compró Bucheme.
Sin embargo, Ponce y Bucheme habrían otorgado otro contrato de locación a favor de allegados que se mantuvieron en la casa.
Recién a comienzos de abril la fiscalía ordenó el desalojo.
Como fiscal General, a fines de la década de 1990, Ortiz Pellegrini inició una investigación que hizo tambalear a La Trenza, si bien el grupo continuó actuando, según se sostiene en Tribunales 2.
Ahora en su rol de abogado, Ortiz Pellegrini también recusó a Díaz Olmos al tomar conocimiento de la denuncia de Gavier.
El letrado entiende que “el juez de Control se debe apartar inmediatamente”.
El penalista subrayó que se presenta esta situación “por primera vez en la historia judicial de Córdoba”, por lo que espera una rápida intervención de la Justicia provincial y la Fiscalía General ante un caso “gravísimo ante la mera sospecha”.
Por su parte, el titular del Ministerio Público Fiscal, Alejandro Moyano, confirmó que recibió la presentación de Gavier, pero evitó formular comentarios. Se limitó a decir que será remitida a sorteo.
Es de esperar que quien resulte sorteado la envíe al fuero Anticorrupción, donde se prevé que Hugo Amayusco se aparte por haber tenido a Gavier de dependiente.
El juez Díaz Olmos no respondió las consultas de este diario, que buscaba obtener sus comentarios.
La escucha telefónica presentada por Gavier integra la prueba de otra causa que instruye el fiscal. Allí se oye a quien sería la esposa de Bucheme hablar con un familiar directo para que se apure en llevarle dinero porque está “en el juzgado”, según indicaron fuentes judiciales. En la conversación, le reclama celeridad. El joven hace consultas sobre “10 fajos” y sostiene que los llevará desde “Calera”.
La mujer le reprocha por dar detalles por teléfono. Finalmente, indicaron los informantes, acuerdan hablar por otra vía.
Esa misma tarde, Bucheme fue liberado.
Nuestra Opinión
Siempre asombra y duele la corrupción, venga desde donde venga.
Pero si existe algo que demuestra la demolición de una sociedad, es que haya jueces tan siquiera sospechados de corruptos.
No podemos sorprendernos en este periódico, pues lo tenemos denuniado a DÍAZ OLMOS en dos oportunidades, por distintos hechos de evidente corrupción. Gracias a Dios, nuestra soledad se ha terminado.
Con casi absoluta seguridad, este juez venal va a continuar en su cargo. Ha sido puesto ahí por algunas vocales y ex vocales del Tribunal Superior y ha cumplido a la perfección con las directivas impartidas y a favor de los intereses espúreos de aquellas magistradas.
Tanto, que se acostumbró a recibir coimas.