4 maneras de encomendar tu trabajo a Dios
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Puede que te resulte difícil considerar tu trabajo como algo sagrado. Sin embargo, lo cierto es que el tiempo que dedicas a tus tareas profesionales ¡puede ser una oración!
El trabajo -como cualquier otro elemento de nuestra vida- puede santificarse porque es intrínseco a la naturaleza humana. Fue creado para hacernos mejores. Y es a través de él que podemos desarrollar los talentos depositados en nosotros por Dios mismo. Aquí tienes 4 maneras de acordarte de ofrecer tu trabajo diario al Padre.
1 Reza antes de empezar
Antes de dejarte arrastrar por el torbellino de las tareas diarias, dirígete a Dios y pídele que te bendiga durante tus tareas. Puedes hacerlo con tus propias palabras o utilizar una regla ya preparada. He aquí un ejemplo:
«Dios, Padre nuestro, a Ti confío mis deberes de hoy, mi trabajo y la fatiga de todo el día. Que bendigas mis esfuerzos, para que den buenos frutos de amor, para tu gloria. Amén. Para que no olvide el Amor que me facilita la vida y el trabajo».
2 Sacrificio
Ofrecer a Dios el propio trabajo es una forma estupenda de convertirlo en oración, y así acercarse al Padre a través de él. San Josemaría Escrivá escribió una vez que «una hora de estudio para el apóstol moderno es una hora de oración». Sin duda, una hora de trabajo puede convertirse también en una hora de oración.
Siempre, claro está, que realicemos nuestras tareas con diligencia, corazón y plena entrega.
3 Coloca una imagen de un santo cerca
Colocar una imagen de un santo patrón o de María, por ejemplo, cerca de tu escritorio u ordenador, hará que siempre que la mires te recuerde el propósito de tu trabajo, que también puede ser un camino para seguir a Jesús y obtener la salvación. Si no tienes una imagen, bastará con un crucifijo o un rosario colocados en un lugar destacado.
4 Descansa todo lo que puedas
En el Catecismo leemos que: «El trabajo es para el hombre, no el hombre para el trabajo» (2428). Por eso es tan importante que también podamos descansar. Tomarse un respiro para relajarse trae cosas buenas, tanto para el espíritu como para el cuerpo. Una mente descansada es capaz de trabajar a toda velocidad.
Por esta razón, la relajación aumenta nuestra productividad. Sin embargo, es importante descansar en beneficio de la mente. Cuando te tomes un descanso, es buena idea dejar de hacer scroll en el móvil y, en su lugar, rezar, tomar una comida nutritiva, hablar con un amigo o dar un paseo por el bosque.