MIRAR LA PATRIA PROFUNDA
Al escuchar las noticias y planteas que ocupan los titulares principales de los medios de comunicación social en relación con el mundo de la política, en general partidaria, me permito observar que las cuestiones de fondo de la sociedad no serán resueltas por los políticos.
Una cosa es la alta política como orden de la sociedad en su integralidad, y otra es la política partidaria, que en nuestro país está demasiado contaminada por posturas antagónicas en las ideas y mezquinas en lo personal.
Sin ánimo de crítica a nadie en particular, si bien es necesario que el poder político tome decisiones adecuadas para el bien común de la sociedad, estimo que somos otros los que debemos abogar por poner en el tapete, o al menos trabajar silenciosamente para que se atiendan a los verdaderos problemas de la sociedad.
Mi punto es que no debemos pedirle al mundo de la política lo que no puede, ni tal vez deba dar. Son otras instituciones, grupos humanos y personas en particular las que deben hacer oír su voz, y trabajar "desde abajo" por las cuestiones esenciales que trascienden a los políticos de turno.
Me refiero a los padres de familia, a la Iglesia Católica, a los otros cultos, al mundo de los educadores, de las universidades, de la salud, a los que atienden al entramado moral de la sociedad, que la hace fuerte o débil según su consistencia.
Si tuviera que enumerar los temas que me gustaría ver debatir en la escena pública junto a la economía, por cierto importante, para que se transformaran en políticas de estado, haría el siguiente elenco: l. La familia como célula básica de la sociedad; 2. La defensa de la vida humana en todas sus fases, haciendo una particular opción por los pobres, débiles y sufrientes; 3. La educación ante todo de personas libres, y luego de ciudadanos respetuosos de la ley
y capaces de trabajar en equipo; 4. Incentivar la cultura del trabajo bien hecho y bien remunerado, aspirando a la excelencia.
Dado que vivimos lo que muchos llaman un cambio de época, con la consiguiente crisis que implica en la visión de la realidad, y por ende del sentido de la vida humana, creo fundamental generar en todos los escenarios posibles espacios de diálogo con personas idóneas en las materias planteadas.
Me permito ser escéptico sobre la posibilidad de que estos espacios se generen en los medios masivos de comunicación, ya que ellos persiguen hoy otros intereses, más relacionados con el incremento a toda costa de sus ingresos. Baste para ello observar cómo omiten ocuparse en profundidad de los temas que más afligen a la sociedad, tales como la soledad y nuevas patologías de niños y jóvenes, o las verdaderas causas de la violencia en las relaciones humanas, todo por temor a "perder rating".
Los "especialistas en humanidades", y los que protagonizamos las alegrías y tristezas de la vida cotidiana como hombres de carne y hueso en nuestras casas, barrios y comunidades, debemos hacer nuestro aporte indispensable al mundo que nos toca vivir. Cada uno desde su lugar, y conforme sus capacidades.
Es la hora de la Iglesia Católica ofreciendo los tesoros de la Revelación Divina, la hora de lo mejor de las tradiciones religiosas no cristianas, de aquellos investigadores serios que honran el saber desde sus escritorios de estudio o desde sus aulas de enseñanza, de los padres de familia que saben lo que es sufrir por el sostenimiento de sus hogares, de los que trabajan en los centros vecinales o barriales atendiendo a las necesidades primarias de sus vecinos, de los que velan por la salud de sus compatriotas en los hospitales, clínicas y dispensarios, o por su seguridad como agentes del orden, etc. ...
De hacer alta política se trata, entendiendo que la justicia sin misericordia es cruel y que la misericordia sin justicia es caótica, y sobre todo que, si se edifica sobre intereses personales o ideológicos y no sobre la verdad, el edificio tarde o temprano se derrumba para el mal de todos. Hagamos patria siendo protagonistas de la historia que hoy nos toca vivir. i Feliz día de Córdoba y de la Independencia Nacional!