LA INGRATITUD ESTADOUNIDENSE

DIFUSIÓN Viernes 11 de Julio de 2025

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El pasado 4 de julio de 2025, se conmemoró una vez más la fecha que Estados Unidos ha consagrado como su día de la independencia. Sin embargo, esta celebración encierra una de las mayores paradojas y falsificaciones históricas de la era moderna. La Declaración de Independencia firmada el 4 de julio de 1776 no fue más que una proclamación de intenciones, un documento que por sí solo no tenía capacidad alguna para hacer realidad la independencia de las trece colonias británicas.

Autor: Redes

La verdadera independencia de Estados Unidos no se logró el 4 de julio de 1776, sino el 8 de mayo de 1781, cuando las fuerzas españolas comandadas por Bernardo de Gálvez conquistaron Pensacola, eliminando definitivamente la presencia británica del Golfo de México. Esta fecha, que debería ser recordada como el momento decisivo de la independencia estadounidense, ha sido deliberadamente borrada de la memoria colectiva norteamericana.
 
    El Mito Fundacional y la Realidad Histórica
 
La construcción del mito del 4 de julio responde a una necesidad política profunda: crear una narrativa de autosuficiencia heroica que oculte la dependencia absoluta que las trece colonias tuvieron del Imperio Español. La realidad histórica es contundente: sin la intervención española, las colonias británicas habrían sido aplastadas por el poderío militar del Imperio Británico.
 
Desde 1776, tres años antes de la declaración formal de guerra española a Inglaterra, Carlos III ya había ordenado el envío de ayuda encubierta a los rebeldes norteamericanos. A través de la casa comercial Joseph de Gardoqui e hijos, España proporcionó 6.150.000 reales de a ocho en efectivo, 216 cañones de bronce, 27 morteros, 30.000 mosquetes, 30.000 bayonetas, 300.000 libras de pólvora, 30.000 uniformes, 32.000 varas de paño, 18.000 mantas y 4.000 tiendas de campaña.
 
     La Estrategia del Conde de Floridablanca
 
La genialidad de la estrategia española, diseñada por el conde de Floridablanca, consistía en debilitar sistemáticamente la posición británica en América del Norte sin precipitar una confrontación directa prematura. Esta visión geopolítica de largo plazo permitió que España controlara el momento y las condiciones de su entrada en la guerra.
 
Cuando Carlos III finalmente declaró la guerra a Inglaterra el 21 de junio de 1779, mediante el Tratado de Aranjuez firmado con Francia, España ya tenía perfectamente articulado su plan militar: abrir múltiples frentes simultáneos para obligar a los británicos a dispersar sus fuerzas cuando más las necesitaban concentradas contra los rebeldes.
 
    Bernardo de Gálvez: El Verdadero Libertador
 
La figura de Bernardo de Gálvez representa todo lo que la historiografía anglosajona ha tratado de minimizar u ocultar. Sus campañas militares en el bajo Mississippi, Mobile y Pensacola no fueron operaciones secundarias, sino las acciones militares decisivas que quebraron el poder británico en América del Norte.
La conquista de Pensacola, culminada el 8 de mayo de 1781, fue considerada por los propios contemporáneos como la operación militar más brillante de toda la Guerra de Independencia. Con más de 7.800 hombres procedentes de Cuba, México, Puerto Rico y Santo Domingo, Gálvez dirigió una operación combinada que demostró la capacidad del Imperio Español para proyectar poder militar a escala continental.
 
El momento cumbre de esta campaña se produjo cuando Gálvez, ante las reticencias de sus comandantes navales para entrar en la bahía bajo fuego enemigo, embarcó personalmente en el bergantín Galveztown gritando "el que tenga honor y valor, que me siga". Esta acción heroica le valió el lema "YO SOLO" en su escudo de armas, un símbolo que debería resonar en la memoria de todo hispanoamericano.
 
    La Dimensión Continental del Imperio Español
 
Lo que deliberadamente se oculta en la narrativa oficial estadounidense es que España no era un aliado externo, sino la potencia dominante en Norteamérica. El Virreinato de Nueva España abarcaba los actuales estados de Texas, Nuevo México, Nevada, Colorado, California, Utah, Arizona, Oregón, Washington, y gran parte de Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma y Louisiana.
 
Esta realidad geográfica desmonta completamente el mito de las "trece colonias heroicas" enfrentándose solas al Imperio británico. La verdad es que España controlaba dos terceras partes de lo que hoy es Estados Unidos, y desde esa posición de fuerza territorial se decidió realmente la guerra.
 
    El Reconocimiento Negado
 
Los propios líderes de la independencia norteamericana reconocieron inmediatamente la importancia decisiva del apoyo español. George Washington mantuvo correspondencia directa con Bernardo de Gálvez y consideró la ayuda española indispensable para la victoria. Durante el desfile de celebración de la independencia, Washington se hizo acompañar por Diego Gardoqui, primer embajador español, y el único buque extranjero fondeado en la bahía era el "Galveztown".
 
El Congreso estadounidense aprobó en 1783 un retrato de Bernardo de Gálvez para el Capitolio en reconocimiento a su contribución, promesa que no se cumplió hasta 2014, cuando Barack Obama finalmente la hizo efectiva y otorgó a Gálvez la ciudadanía honoraria estadounidense. Esta demora de 231 años es símbolo elocuente de la ingratitud sistemática estadounidense hacia España.
 
    La Traición Sistemática
La ingratitud estadounidense hacia España no se limitó al olvido histórico, sino que se manifestó en una traición sistemática y planificada. Apenas consolidada su independencia, Estados Unidos comenzó a aplicar una política expansionista que tenía como objetivo principal la apropiación de los territorios españoles en América del Norte.
 
La Compra de Louisiana en 1803, la anexión de Florida en 1819, y posteriormente la guerra contra México (1846-1848) que resultó en la pérdida de la mitad del territorio mexicano, fueron los pasos de un plan deliberado para despojar a España y sus herederos americanos de sus dominios continentales.
 
    La Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto
 
La Doctrina Monroe, proclamada en 1823, representó la culminación de la estrategia estadounidense para expulsar a España de América. Bajo el pretexto de proteger a las repúblicas americanas de la intervención europea, Estados Unidos estableció su hegemonía continental y comenzó a implementar lo que posteriormente se conocería como el "Destino Manifiesto".
 
Esta doctrina no era otra cosa que la reformulación del viejo imperialismo británico con ropaje republicano. Estados Unidos se apropió del nombre "América" para designar exclusivamente su territorio nacional, negando así la americanidad de los pueblos hispanoamericanos y estableciendo las bases ideológicas para su dominación continental.
 
   La Apropiación del Gentilicio "Americano"
 
La usurpación del gentilicio "americano" por parte de Estados Unidos representa una de las operaciones de ingeniería cultural más exitosas de la historia moderna. Al autodenominarse "americanos", los estadounidenses no solo se apropiaron de la identidad continental, sino que relegaron a los verdaderos pueblos americanos - los hispanoamericanos - a la condición de extranjeros en su propio continente.
 
Esta apropiación semántica tenía objetivos geopolíticos precisos: justificar la expansión territorial como un derecho natural de los "verdaderos americanos" y presentar cualquier resistencia hispanoamericana como una intromisión extranjera en asuntos "americanos".
 El Proyecto Hegemónico Continental
 
El llamado "Destino Manifiesto" no era simplemente una doctrina expansionista, sino un proyecto hegemónico que aspiraba a convertir todo el continente americano en un área de influencia estadounidense. Este proyecto requería la eliminación sistemática de la presencia española y la subordinación de las repúblicas hispanoamericanas.
 
La guerra contra México, la intervención en Cuba y Puerto Rico, y posteriormente las múltiples intervenciones en Centroamérica y el Caribe, fueron los instrumentos mediante los cuales Estados Unidos implementó su proyecto continental, utilizando precisamente los recursos y la posición geográfica que había obtenido gracias al apoyo español durante su independencia.
 
    La Hispanofobia como Política de Estado
 
La minimización sistemática de la contribución española a la independencia estadounidense no fue casual, sino que respondió a una política deliberada de construcción de la hispanofobia como elemento central de la identidad nacional estadounidense. Esta hispanofobia sirvió para justificar la expansión territorial a costa de los pueblos hispanoamericanos y para presentar a Estados Unidos como el representante de la "civilización" frente a la "barbarie" hispánica.
 
La historiografía anglosajona magnificó sistemáticamente el papel de Francia, representado por Lafayette, mientras minimizaba o directamente ignoraba la contribución española. Esta distorsión obedecía tanto a prejuicios anti-hispánicos profundamente arraigados como a la necesidad política de constcruir un mito fundacional que no reconociera la dependencia estadounidense de potencias católicas.
 
    La Responsabilidad Histórica Española
 
Desde la perspectiva de la Hispanidad, la actitud española hacia la independencia de las trece colonias representa una de las decisiones geopolíticas más desastrosas de la historia moderna. Al ayudar a crear Estados Unidos, España contribuyó al surgimiento de la potencia que posteriormente se convertiría en el principal enemigo de la civilización hispánica en América.
 
Carlos III, pese a su genio político en otros aspectos, no pudo prever las consecuencias de largo plazo de su decisión. La alianza con Francia contra Inglaterra, aunque tácticamente exitosa, estratégicamente resultó en el fortalecimiento de una potencia que utilizaría los recursos y la posición geográfica obtenidos gracias a España para destruir el Imperio Español en América.
La Lección Geopolítica
 
La experiencia de la independencia estadounidense ofrece una lección fundamental para la Hispanidad: las potencias anglosajonas no conocen la gratitud ni el honor en las relaciones internacionales. Su política exterior está guiada exclusivamente por el interés nacional, sin consideración alguna hacia quienes les proporcionaron ayuda en momentos cruciales.
 
Esta lección debería ser recordada por todos los pueblos hispanoamericanos que aún mantienen ilusiones sobre la posibilidad de una relación equilibrada con Estados Unidos. La historia demuestra que para la potencia norteamericana, Hispanoamérica no es un interlocutor, sino un espacio geográfico a ser dominado y explotado.
 
    Reflexiones para la Hispanidad del Siglo XXI
 
En este 4 de julio de 2025, mientras Estados Unidos celebra una independencia que no habría sido posible sin el sacrificio español, es momento de reflexionar sobre las lecciones históricas que esta experiencia ofrece para la Hispanidad contemporánea.
 
La primera lección es que la generosidad hacia las potencias anglosajonas es siempre una inversión perdida. La segunda, que la construcción de mitos fundacionales es un instrumento de poder que Estados Unidos ha utilizado magistralmente para ocultar sus debilidades históricas y justificar sus ambiciones hegemónicas.
 
La tercera lección, quizás la más importante, es que la Hispanidad debe desarrollar su propia narrativa histórica, centrada en los valores y logros de la civilización hispánica, en lugar de aceptar pasivamente las versiones impuestas por la historiografía anglosajona.
 
    La Verdadera Fecha de la Independencia
 
Si Estados Unidos quisiera ser honesto con su propia historia, debería celebrar su independencia el 8 de mayo, fecha de la conquista española de Pensacola, o el 19 de octubre, fecha de la rendición británica en Yorktown. El 4 de julio representa únicamente el momento en que trece colonias firmaron una declaración de intenciones que por sí sola no tenía capacidad alguna para hacer realidad su independencia.
 
La insistencia en celebrar el 4 de julio como fecha nacional responde a la necesidad política de ocultar la dependencia estadounidense del apoyo español y francés. Es la fecha que mejor se adapta al mito de la autosuficiencia heroica que Estados Unidos ha construido sobre sus orígenes.
 Conclusión: La Deuda Histórica Impagada
 
La independencia de Estados Unidos tiene, en gran medida, ADN español. Sin la apertura del segundo frente español, sin el control del Mississippi, sin la eliminación de la presencia británica en el Golfo de México, y sin los millones de pesos de plata enviados desde La Habana para pagar las tropas de Washington, la historia de Norteamérica habría sido completamente diferente.
 
Es hora de que la Hispanidad recupere su lugar en la narrativa histórica de América. Es hora de recordar que Bernardo de Gálvez, no George Washington, fue el verdadero libertador de América del Norte. Es hora de reconocer que la independencia estadounidense no fue un triunfo del espíritu democrático anglosajón, sino el resultado de la estrategia geopolítica española y el sacrificio de los soldados del Imperio Español.
 
En el pasado 4 de julio, mientras Estados Unidos celebraba una independencia que debe a España, la Hispanidad debe recordar que la gratitud no es una virtud anglosajona, pero el honor y la memoria histórica sí son virtudes hispánicas que debemos cultivar y defender.
 
La historia de la independencia estadounidense es, en realidad, la historia de la grandeza española en América. Es tiempo de que esta verdad sea reconocida y que la Hispanidad ocupe el lugar que le corresponde en la narrativa histórica del continente americano.
 
 Bibliografía Selecta

 Fuentes Primarias

- *Archivo General de Indias (Sevilla)*: Documentación sobre las campañas de Bernardo de Gálvez
- *Archivo General de Simancas*: Correspondencia oficial sobre la guerra anglo-española (1779-1783)
- *Correspondencia de George Washington*: Cartas intercambiadas con Bernardo de Gálvez

Fuentes Secundarias

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### Artículos Especializados

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 Fuentes Digitales Especializadas

*Ejercito.defensa.gob.es* - Museo del Ejército: "Bernardo de Gálvez conquista Pensacola en América"

*Artsandculture.google.com* - "La ayuda de España a la independencia de los Estados Unidos"

*Unveilingmemories.com* - Proyecto "Desvelando Memorias": Documentación sobre la participación española

*Thespanishlegacy.com* - "The Spanish Legacy": Recursos sobre la herencia española en Estados Unidos

*Dialnet.unirioja.es* - Artículos académicos sobre la guerra anglo-española (1779-1783)

 

Autor: Redes

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