Benedicto XVI ha muerto

ACTUALIDAD Lunes 2 de Enero de 2023

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Benedicto XVI ha muerto

El papa Ratzinger también pasa a la historia por ser el papa más longevo de la historia superando a León XIII, quien falleció a los 93 años.

Autor: Aleteia

El primer papa emérito en siglos de la Iglesia Católica fallece a los 95 años tras algunos días de «agravamiento» de su salud por el avance de la edad
Las campanas de la Basílica de San Pedro y de numerosos templos del mundo doblan en señal de luto.

El papa emérito Benedicto XVI, cuyo nombre de pila era Joseph Ratzinger y que adoptó el de su predecesor Benedicto XV, el «Papa de la paz», murió a los 95 años de edad, tras el agravamiento de su estado de salud por el avance de la edad. 

El papa Ratzinger también pasa a la historia por ser el papa más longevo de la historia superando a León XIII, quien falleció a los 93 años.

El fallecimiento del primer Papa alemán desde hace 482 años, se produjo a las 9:34 a.m en sus aposentos en el monasterio Mater Ecclasiae en el Vaticano, según informó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el italiano Matteo Bruni este sábado 31 de diciembre de 2022

Nacido el 16 de abril de 1927 (Sábado santo), bautizado ese mismo día, en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951, y a los 78 años, en uno de los cónclaves más cortos del último siglo, el sucesor de Karol Wojtyla, se convirtió en el 265º pontífice de la historia

Ratzinger, el primer papa del tercer milenio, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue elegido en el cuarto escrutinio el 19 de abril de 2005.

En el Balcón central de la Basílica Vaticana se definió como un simple y humilde trabajador de la Viña del Señor. Tuvo un pontificado de casi ocho años de duración, mientras que pasó otros casi nueve años rezando en silencio por la Iglesia después de su histórica renuncia anunciada en el consistorio del 11 febrero de 2013.

El funeral se realizará el próximo jueves 5 de enero de 2023 a la 9:30 hora de Roma en la Plaza de San Pedro. La ceremonia será sencilla para respetar las ultimas voluntades del papa emérito Benedicto XVI

A partir de la mañana del lunes 2 de enero de 2023, el cuerpo del Papa Emérito estará en la Basílica de San Pedro del Vaticano para la despedida de los fieles.

El Vaticano informó de la noticia con el siguiente comunicado: «Con dolor informo que el Papa Emérito, Benedicto XVI, falleció hoy a las 9:34 a.m. en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Se dará más información lo antes posible», expresó Bruni.

Es la primera vez en siglos que fallece un Sumo Pontífice sin ocupar su cargo. Los rituales funerarios de Benedicto XVI se asemejarán mucho a los del obispo de Roma: un funeral en la Plaza de San Pedro, en este caso presidido por el papa Francisco —en lugar del decano del colegio cardenalicio— y sepultura en la gruta debajo de la basílica.

Aunque los cardenales del mundo no viajarán al Vaticano para un cónclave donde se elija a un sucesor, se espera que muchos (en especial los que fueron cardenales durante su mandato) acudan a la Ciudad Eterna para dar su último adiós.

El Papa emérito recibió la unción de los enfermos el miércoles pasado al final de la Santa Misa en la tarde en la capilla del Monasterio Mater Ecclesiae, donde vivía dentro del Vaticano, acompañado por sus cuatro memores domini  –Carmela, Loredana, Cristina e Rossella, confirmó Matteo Bruni hoy a medio día durante un breve encuentro con la prensa especializada en el Vaticano.

REACCIONES

«Joseph Ratzinger será recordado como una de las mentes cristianas verdaderamente grandes de los últimos 100 años; un hombre que combinó fe y razón con elegancia y claridad de expresión en un grado extraordinario, al tiempo que emitió humildad personal a lo largo de su vida», dijo el arzobispo Charles J. Chaput, O.F.M. Cap., de Filadelfia. «Fue compañero teológico del genio filosófico de Karol Wojtyla y un hijo leal del Vaticano II y su tarea de auténtica reforma».

«La genialidad intelectual del cardenal Ratzinger/papa Benedicto y su amable conducta fueron conocidas por todos poco después de su elección al papado», afirmó el padre jesuita Joseph Fessio, fundador de Ignatius Press y antiguo estudiante de doctorado bajo la dirección de Ratzinger. «El pueblo se percató de repente de que el Panzerkardinal, la Autoridad del Vaticano, el leal y soso perro guardián de la doctrina no era, en realidad, nada de eso. Más bien lo contrario, de hecho».

Vida sosegada del retiro 

Desde su renuncia en febrero de 2013, el papa Benedicto XVI llevó una vida generalmente discreta. La última vez que hizo un viaje fue cuando se trasladó a su tierra natal para saludar a sus hermano, Georg Ratzinger, 96 años, que estaba gravemente enfermo (22.06.2022).

Una de esas ocasiones en que se le vio públicamente fue en su nonagésimo cumpleaños, el 16 de abril de 2017. Según describió el servicio de noticias del Vaticano: «El papa emérito Benedicto XVI celebró su 90.º cumpleaños el lunes en el jardín de su residencia en el Vaticano, Mater Ecclesiae. Ese soleado día romano, bebió una jarra de cerveza y escuchó música tradicional bávara en compañía de visitantes de su Baviera natal en Alemania, incluyendo el primer ministro de la región».

En los últimos años el papa emérito aparecía en eventos especiales en el Vaticano. Por ejemplo con motivo de la visita a la basílica de San Pedro en 2015 para participar en la inauguración oficial del Jubileo de la Misericordia con la apertura de la Puerta Santa. El papa Francisco le saludó en el claustro de la basílica antes de dirigir la ceremonia para abrir la Puerta Santa y luego atravesarla. Benedicto lo siguió, con la ayuda del arzobispo Georg Gänswein, su antiguo secretario.

Sin embargo, en los últimos años el papa emérito disminuyó sus apariciones en público. El arzobispo Gänswein dijo en una entrevista de marzo de 2016 que el pontífice retirado se estaba «apagando lenta y serenamente como una vela».

Incluso cuando fue elegido para la Cátedra de San Pedro había preocupación por su salud. A los 78 años fue el papa más anciano en ser elegido desde Clemente XII en 1730. Incluso el nuevo papa mismo predijo que tendría un papado breve y no se esperaba la decisión de los cardenales: «Yo pensé: si por regla general un obispo deja de ejercer a los 75 años, entonces no se puede pretender que el obispo de Roma comience a los 78» (Peter Seewald, pg. 776, 2020). Tenía un año más de la edad de Juan XXIII cuando tomó las riendas del Concilio Vaticano II a los setenta y siete años.

Renuncia

El papa Benedicto afirmó que renunciaba al papado debido a una «falta de fortaleza de mente y de cuerpo» a causa de su avanzada edad. Sintió que el cargo se convertía cada vez más en un gran peso para él y que no podía cumplir con sus deberes.

Sin embargo, era una acción extremadamente rara que no ocurría desde 1415, cuando el papa Gregorio XII dejó su cargo, y algunos observadores se preguntaron si había motivos más allá de la salud, incluyendo la posibilidad de que le obligaran a ello.

Celestino V fue el primer papa que estableció que se podía renunciar al cargo. De hecho, él lo hizo el 13 de diciembre de 1294 cansado de las luchas internas y agobiado por el peso del cargo.

El cardenal Joseph Ratzinger había sido el director de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe durante casi 24 años, durante el papado de Juan Pablo II, antes de ser elegido para suceder al papa polaco en abril de 2005.

Con Juan Pablo, el Colegio Cardenalicio había roto la tradición informal de elegir italianos para el papado, y Ratzinger se convirtió en el primer papa alemán en subir a la Cátedra de Pedro desde el siglo XVI con Adriano VI. 

Papado 

Aunque su ejercicio de 8 años como papa fue breve en comparación con los 26 años de Juan Pablo II, fue mucho más que un simple sustituto temporal: Tres encíclicas… y media. Un gran legado, con grandes textos.

Entre otros logros, Ratzinger supervisó el establecimiento de un proceso para que las congregaciones anglicanas entraran en la Iglesia católica al tiempo que mantenían sus especiales tradiciones litúrgicas; amplió los permisos de los sacerdotes para celebrar la conocida como Misa Tridentina sin una dispensa especial de su obispo local, y continuó la tradición de su predecesor de reunirse con la juventud del mundo cada tres años más o menos en un gran encuentro llamado Jornada Mundial de la Juventud. Asimismo volvió a activar el diálogo ecuménico con los ortodoxos estancado en el año 2000.

También estuvo en el centro de la controversia cuando dio una conferencia en su antigua universidad de Ratisbona. La charla de septiembre de 2006, Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones, incluía una cita del emperador bizantino del siglo XIV: «Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba».

Momentos difíciles

Aunque se trataba de una simple cita y no de la opinión del propio Papa, causó un gran alboroto en el mundo musulmán. Benedicto XVI se disculpó y trató de enmendarse rezando en la Mezquita Azul cuando visitó Estambul más adelante aquel mismo año.

En una larga entrevista publicada en un libro, Luz del mundo: El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos, con el periodista alemán Peter Seewaldel papa Benedicto hizo un comentario que de inmediato fue valorado como una nueva apertura de la Iglesia al uso de los preservativos para prevenir la extensión del virus VIH.

En realidad, Benedicto dijo que si un varón que ejerce la prostitución escogiera usar condón durante el sexo, se entendería como una señal de que tiene algún sentido moral incipiente porque, al menos, estaría intentando no infectar a otra persona.

A pesar de su carácter suave y paternal, para algunas personas Benedicto XVI nunca podría tener otra imagen que la de aplicador inflexible y doctrinario de la teología católica, en especial la teología moral.

Ratzinger

Según su biografía oficial en el sitio web del Vaticano, su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.

Además de Joseph, los Ratzinger también tuvieron una hija, María, que falleció en 1991, y otro hijo, Mons. Georg Ratzinger, que ganó prominencia por derecho propio como maestro de capilla del coro Regensburger Domspatzen. Mons. Ratzinger falleció el 1 de julio de 2020.

Joseph pasó su infancia y adolescencia en Traunstein, un pequeño pueblo cerca de la frontera austriaca, a unos 30 kilómetros de Salzburgo. Durante su juventud, Adolf Hitler fue ganando cada vez más poder en Alemania y el régimen nazi fue desarrollando una actitud hostil hacia la Iglesia. Joseph fue testigo de cómo unos nazis daban una paliza al párroco antes de la celebración de la misa.

Sin embargo, según se expresa en su biografía vaticana: «Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, con una arraigada pertenencia a la Iglesia».

Ratzinger en su adolescencia fue obligado a unirse a las Juventudes Hitlerianas, aunque de mala gana, y se negaba a asistir a las reuniones.

En 1941, se llevaron a uno de sus primos, un chico de 14 años con síndrome de Down, y nunca lo volvieron a ver; probablemente fue víctima del programa Aktion T4 de eugenesia nazi.

En 1943, cuando todavía estaba en el seminario, el joven Joseph fue reclutado para los cuerpos auxiliares antiaéreos alemanes, y sirvió hasta septiembre de 1944.

Cuando cumplió 18, en abril de 1945, tuvo que unirse a la infantería, aunque no pisó el combate. El Tercer Reich estaba a punto de caer. En sus memorias, Mi vida , relató cómo desertó de la unidad y fue capturado por las tropas estadounidenses para ser liberado unas cuantas semanas más tarde.

Después de la guerra, estudió en la Escuela superior de Filosofía y Teología de Freising y en la universidad de Múnich y fue ordenado sacerdote, junto con su hermano, en 1951. Un año más tarde empezó a dar clases en la Escuela superior de Freising.

Estudios y vida eclesiástica

En 1953 terminó su doctorado en Teología con una tesis sobre san Agustín. Cuatro años más tarde, bajo la dirección del reputado profesor de Teología Fundamental Gottlieb Söhngen obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre La teología de la historia de san Buenaventura. Luego dio clases en Bonn, por entonces capital de la Alemania occidental, de 1959 a 1963; en Münster de 1963 a 1966 y en Tübingen de 1966 a 1969. Durante este último año pasó a ser catedrático de Dogmática e Historia del dogma en la Universidad de Ratisbona.

De 1962 a 1965 fue peritus o consejero teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia, durante el Concilio Vaticano Segundo. Posteriormente, asumió importantes puestos en la Conferencia Episcopal Alemana y la Comisión Teológica Internacional.

En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros prominentes teólogos, fundó la revista de teología Communio.

El 25 de marzo de 1977, el papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Múnich y Freising. El 28 de mayo recibió la ordenación episcopal y escogió como lema episcopal «Colaborador de la verdad».

Según explicó él mismo: «Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona».

Pablo VI lo nombró cardenal en el consistorio del 27 de junio de 1977 y, cuando el papa falleció el agosto siguiente, Ratzinger participó en el cónclave que eligió al papa Juan Pablo I. El nuevo papa, Albino Luciani, que vivió justamente 33 días, nombró al cardenal Ratzinger su Enviado Especial al III Congreso mariológico internacional, celebrado en Guayaquil (Ecuador), en septiembre. En octubre, el cardenal alemán participó en el cónclave que escogió a Karol Wojtyla como el papa Juan Pablo II.

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), y Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981. Fue Presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al papa el nuevo Catecismo.

En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaria de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica, para el Clero y para las Causas de los Santos; de los Consejos pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para la Cultura; del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, “Ecclesia Dei”, para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico y para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental.

Guardián de la doctrina

Bajo la dirección de Ratzinger, la Congregación corrigió a varios teólogos católicos, como Leonardo Boff, Matthew Fox, y Anthony de Mello.

Dominus Iesus, publicada por la Congregación en el año 2000, reafirmó que la Salvación se encuentra en nadie más que en Cristo «porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos».

Aunque fue criticado por algunos por no hacer suficiente en la lucha contra los abusos sexuales por parte de miembros del clero, supervisó la promulgación en 2001 del documento Sacramentorum Sanctitatis Tutela de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ordenaba que la congregación tratara los crímenes de abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes y dictaba que todos los casos relacionados con abusos sexuales a menores por el clero fueran reportados a la CDF.

En noviembre de 2002, el cardenal Ratzinger se convirtió en el Decano del Colegio Cardenalicio, una posición que haría de él una figura central a menos de tres años después, cuando falleció Juan Pablo. Como decano, el cardenal Ratzinger presidió el funeral del papa y predicó la homilía.

Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger

Mientras tanto, cuando el enfermo Juan Pablo II celebraba la que sería su última Semana Santa, el cardenal Ratzinger predicaba las tradicionales Estaciones de la Cruz del Viernes Santo en el Coliseo romano, condenando lo que percibió como «suciedad» en la Iglesia «y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él».

Ratzinger fue elegido papa el 19 de abril de 2005, el segundo día del cónclave. En su aparición en el balcón de la basílica de San Pedro, dijo a la multitud reunida en la plaza:

«Queridos hermanos y hermanas, después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor Resucitado, confiando en Su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, Su Santísima Madre, estará a nuestro lado».

Su primer viaje apostólico fuera de Italia fue a su Alemania natal (18-21 de agosto de 2005), cuando presidió la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia.

El primero en renunciar después de 600 años

El 11 de febrero de 2013 sorprendió al Vaticano y al mundo cuando dio un breve discurso en latín en el que anunciaba su abdicación:

«Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice».

Publicaciones

Entre sus múltiples publicaciones están Introducción al cristianismo, una compilación de conferencias universitarias sobre el Credo publicadas en 1968; Informe sobre la fe, un libro-entrevista sobre el estado de la Iglesia (1985); La sal de la tierra (1997); Jesús de Nazaret …

En su discurso para la Academia Católica de Baviera sobre Por qué sigo aún en la Iglesia tuvo una amplia repercusión; aquí declaró con su habitual claridad que «solo es posible ser cristiano en la Iglesia y no al margen de la Iglesia».

Aleteia dispondrá una amplia cobertura del fallecimiento del papa Benedicto XVI y una extensa valoración de su vida y obra en los próximos días.

Autor: Aleteia

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