Cierra la clínica pediátrica de Tavistock.
Todas las portadas de los diarios en Inglaterra informan el que será el mayor escándalo en medicina para niños y adolescentes de la historia moderna.
Fuente: BBC Newsnight
La sanidad británica cierra la clínica pediátrica de Tavistock, de las más importante en el mundo, prohíbe los llamados bloqueadores de pubertad y advierte el daño al que han sido sometidos miles de niños, niñas y jóvenes.
Los bloqueadores de pubertad no son otra cosa que la aplicación experimental del tratamiento para crecimiento o para el cáncer de próstata, pero en niños y adolescentes con disforia de género;
Esto, sin la autorización de la FDA para estos fines y sin investigaciones que respalden el uso de este tratamiento en materias de salud mental. Evidencias básicas que deben primar en la medicina y que no estuvieron presentes para resguardar a los más pequeños.
La investigación independiente que encargó la Sanidad Británica sobre las prácticas en la llamada medicina de género, tuvo una duración de 4 años, y sus resultados resumidos en 400 páginas, son tan alarmantes y dramáticos, que han decidido cerrar uno de los establecimientos más famosos del mundo y asumir las demandas que ya entablan las familias.
En Chile, hospitales públicos y privados como UChristus, Sótero del Río, Van Buren, entre otros, continúan recetando estos “bloqueadores” para detener tempranamente el desarrollo de niños y niñas, pero especialmente dirigido a frenar los caracteres sexuales secundarios de niños y niñas, y facilitar así luego el cambio de género y después de sexo con hormonas y cirugías.
El estudio (conocido como Cass Review) que da paso al cierre de una de las clínicas pediátricas más importantes del mundo, concluye que para la mayoría de los jóvenes la vía médica y hormonal, no es la mejor manera de manejar su angustia relacionada con el género. Sino, lo contrario.
Afirma que el uso de bloqueadores de la pubertad para estos niños no sólo no es seguro, sino que sus consecuencias para la salud pueden ser muy graves, tanto en cambios como en daños irreversibles, convirtiendo a una persona sana en paciente crónico, profundizando la angustia corporal al desatar una obsesión por intervenciones quirúrgicas tempranamente y enmascarando otras co.morbilidades que afectarán en la vida adulta.
Asimismo, acaba con el mito del riesgo suicida de no usarse los bloqueadores, y advierte que el ambiente escolar es clave y que la llamada transición social como medida inicial y prematura, es una sentencia difícil de revertir y que ubica al niño o niña en este incierto y peligroso camino.
Fuente: BBC Newsnight