“Ninguna otra cosa hemos de hacer sino ser solícitos en seguir la voluntad de Dios y en agradarle en todas las cosas”, decía San Francisco de Asís, quien recibió el don de los estigmas y fue declarado “Patrono de los cultivadores de la ecología” por San Juan Pablo II en 1979.
El Papa Francisco, quien tomó su nombre de este santo y ha publicado su encíclica Laudato si’ sobre la ecología, destacó en su visita a Asís en 2013 que San Francisco “da testimonio del respeto hacia todo lo que Dios ha creado y como Él lo ha creado, sin experimentar con la creación para destruirla”.
Si bien del "Poverello" se suele destacar su amor por la naturaleza y su gran compasión para con los pobres, el santo de Asís fue también un gran místico que llegó a recibir los estigmas de Cristo, las mismas llagas de la Pasión.