La tecnología paraliza nuestra capacidad de escuchar a Dios
¿Recuerdas la última vez que dejaste el teléfono y quedaste en silencio? La tecnología tiene beneficios pero ha perjudicado nuestra capacidad de escuchar a Dios
Fuente: ALETEIA - Philip Kosloski
Si somos brutalmente sinceros con nosotros mismos, probablemente no nos guste el silencio, especialmente el que experimentamos cuando no podemos utilizar un artilugio de la tecnología para distraernos.
El silencio significa que tenemos que lidiar con la vida y con nuestros pensamientos y sentimientos internos.
Es mucho más fácil encender la televisión, mirar nuestro smartphone o incluso subirnos al coche y alejarnos de nuestros problemas.
Sin duda, la tecnología tiene sus ventajas, pero no todos los avances tecnológicos son intrínsecamente buenos o saludables para nuestra alma.
Ruido de fondo constante
El Papa Benedicto XVI lamentó los efectos del progreso tecnológico cuando visitó un Monasterio Cartujo en 2011. En concreto, quiso visitar el monasterio con la esperanza de que nos ayudara en el mundo moderno:
"La visita del Sucesor de Pedro a esta histórica Cartuja no solo pretende fortalecer a los que vivís aquí, sino a toda la Orden en su misión, que es más oportuna y significativa que nunca en el mundo de hoy.
El progreso técnico, especialmente en el ámbito del transporte y las comunicaciones, ha hecho la vida humana más cómoda pero también más agitada, a veces incluso frenética. Las ciudades son casi siempre ruidosas, rara vez se encuentra silencio en ellas porque siempre hay ruido de fondo, en algunas zonas incluso de noche".
El futuro de la tecnología
Al Papa Benedicto XVI le preocupaba especialmente el futuro de la tecnología y cómo cada vez más personas vivían vidas virtuales:
"En las últimas décadas, además, el desarrollo de los medios de comunicación ha difundido y extendido un fenómeno que ya se había esbozado en los años sesenta: la virtualidad corre el riesgo de predominar sobre la realidad. Sin saberlo, las personas se sumergen cada vez más en una dimensión virtual gracias a los mensajes audiovisuales que acompañan su vida de la mañana a la noche".
También habló de la tendencia entre los jóvenes a llenar cada momento de vigilia con los medios de comunicación:
"Los más jóvenes, nacidos en esta condición, parecen querer llenar cada momento vacío con música e imágenes, por miedo a sentir ese mismo vacío. Se trata de una tendencia que siempre ha existido, sobre todo entre los jóvenes y en los contextos urbanos más desarrollados, pero que hoy ha alcanzado un nivel tal que da pie a hablar de mutación antropológica. Algunas personas ya no son capaces de permanecer largos periodos en silencio y soledad".
Desnudez espiritual
A continuación, el Papa Benedicto XVI explica cómo el silencio y la soledad nos "exponen" a Dios de un modo que no queremos afrontar:
"Al retirarse al silencio y a la soledad, el ser humano, por así decirlo, se 'expone' a la realidad en su desnudez, a ese aparente 'vacío'… para experimentar -en cambio- la Plenitud, la presencia de Dios, de la Realidad más real que existe y que está más allá de la dimensión tangible….El monje, al dejarlo todo, 'se arriesga', por así decir: se expone a la soledad y al silencio para no vivir más que de lo esencial, y precisamente viviendo de lo esencial encuentra también una profunda comunión con sus hermanos, con todo ser humano".
La tecnología nos permite cubrir nuestra desnudez espiritual, con la esperanza de que consumir suficientes medios acalle el anhelo de nuestra alma.
Una vez más, no cabe duda de que la tecnología que ahora poseemos tiene muchas ventajas, pero nos obliga a ser más deliberados a la hora de buscar el silencio para escuchar la voz de Dios.
Fuente: ALETEIA - Philip Kosloski