Régimen de Nicaragua secuestra a otros 3 sacerdotes.
Tres sacerdotes más han sido detenidos irregularmente este mes. Las detenciones no fueron efectuadas por agentes de policía, sino por tropas paramilitares irregulares.
Fuente: Aleteia - Daniel Esparza
El pasado 19 de agosto se cumplió un año desde que la policía de Ortega irrumpiera en la Curia de Matagalpa, detuviera irregularmente a Álvarez y lo condenara a 26 años de prisión.
Ahora, otros tres sacerdotes han sido detenidos irregularmente, en lo que algunos activistas de Derechos Humanos en Nicaragua han considerado una especie de Kristallnachtof.
La prensa local nicaragüense informa que otros tres sacerdotes han sido «secuestrados» por agentes de policía acompañados de tropas paramilitares que viajaban en camiones no identificados.
La noche del 1 de octubre, el padre Cristóbal Gadel (párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, en Jinotega) fue detenido por un grupo mixto de policías y tropas paramilitares sandinistas no uniformadas.
La activista nicaragüense de derechos humanos y abogada, Martha Molina, declaró a La Prensa de Nicaragua (un periódico local) que el padre Gadel había denunciado la persecución de Ortega contra la Iglesia católica desde 2019.
Esa misma noche, el régimen nicaragüense también detuvo al P. Iván Centeno (párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de Jalapa) y al P. Julio Ricardo Norori (párroco de la iglesia san Juan Evangelista de san Juan del Río Coco).
Fuentes locales dijeron a La Prensa que las detenciones no fueron efectuadas por agentes de policía, sino por tropas paramilitares irregulares a bordo de camionetas Toyota Hilux no identificadas. Se cree que fueron trasladados a la capital de Nicaragua, Managua.
¿Por qué la Iglesia?
Una serie de informes sobre la Iglesia católica en Nicaragua elaborados por la abogada e investigadora de derechos civiles exiliada Martha Patricia Molina documentan 529 ataques en los últimos cinco años, 90 de ellos en lo que va de año.
La Iglesia está siendo sistemáticamente atacada porque es «el último bastión [independiente] que queda en Nicaragua».
El régimen, explica Molina, «se llevó los medios de comunicación, las instituciones, los partidos políticos y las ONG. Así que el único espacio que queda es la Iglesia».
Según ella, el gobierno «pretende erradicar por completo a la Iglesia, para que la voz profética del Evangelio no sea escuchada por el pueblo nicaragüense».
Fuente: Aleteia - Daniel Esparza