La Voz del Interior: Más grave que lo que dicen, es lo que callan

CULTURA Lunes 10 de Septiembre de 2012

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Portal de Belén es una asociación civil sin fines de lucro, cuya misión es ayudar y defender a la vida humana a partir de la concepción, apoyando a la mamá sola en situación de riesgo, embarazada o con niños menores, brindándoles contención afectiva y a través de hogares-albergues, apoyo legal, psicológico, educativo, sanitario, etc.

Fuente: AICA

De acuerdo con declaraciones de sus impulsores, la entidad tiene como objetivo “defender y propiciar la continuidad del vínculo natural entre madre e hijo, apoyando y asistiendo integralmente a las mamás solas, brindándoles un ambiente adecuado para que puedan consolidar y fortalecer la relación con sus hijos”. También buscan “dignificar a la madre sola elevando su autoestima para que consiga su desarrollo y realización personal, logrando de esta forma ser el sostén afectivo y económico de sus familias”. Asimismo, intentan concienciar a la comunidad en general, trabajando en forma comunitaria y en redes gubernamentales, empresariales y asociaciones intermedias para que no se discrimine a la mujer embarazada o a la madre sola”. Otro de sus objetivos es el de “proteger a las madres y a sus hijos de la violencia familiar”.

Jorge Scala, tesorero y apoderado de Portal de Belén, escribió una nota con destino al diario La Voz del Interior, de Córdoba, con el propósito de hacer públicos los resultados de unas investigaciones científicas efectuadas en los Estados Unidos, que ponían al descubierto la falsedad de la relación entre violaciones y embarazos, pues se comprobó que es ínfimo el número de mujeres violadas que quedan embarazadas.
La nota, cuyo texto incluimos a continuación, fue censurada y luego denegada terminantemente su publicación, por el director del matutino cordobés.

Mucho se ha debatido en estos días sobre los tres sustantivos que titulan esta nota. Como Tesorero y apoderado de Portal de Belén quisiera hacer un breve aporte a esas tres palabras, concatenándolas del mejor modo posible.

En los Estados Unidos decidieron investigar seriamente el problema de las violaciones en todos sus aspectos. Se hizo un protocolo de investigación y se designó al Hospital San Pablo de Minneápolis para efectuar el estudio. Los trabajos duraron 10 años, durante los cuales fueron derivadas a dicho centro sanitario todas las mujeres violadas de la región. En total se investigaron más de 3.500 violaciones.
Entre las cuestiones estudiadas se incluyó la relación entre violación y embarazo. Muy pocas de las mujeres violadas presentaron embarazos. Todos esos embarazos fueron estudiados, tanto en los casos en que las mujeres abortaron como en los que continuaron sus embarazos. Se hicieron las pruebas genéticas pertinentes en los bebés abortados y en los nacidos y se determinó, científicamente, que todos los embarazos habían sido fruto de relaciones consentidas, con sus esposos u otro varón. En pocas palabras: las 3.500 violaciones no habían causado ningún embarazo (Reardon, David C., “Aborted Women: Silent No More”).

En Portal de Belén tenemos la experiencia de campo, que por la obvia falta de medios no pudo verificarse con validez científica. La comparto: entre las muchas mujeres que hemos ayudado en estos más de 20 años de servicio al bien común, nos hemos encontrado con algunas mujeres violadas y embarazadas. Vienen a nosotros mujeres embarazadas en situación de conflicto y, ¿qué duda cabe?, la violación es uno de los conflictos más penosos que nos ha tocado acompañar.

Desde el comienzo de nuestra asociación, intuimos que el mejor modo de ayudar a una mujer embarazada para superar su conflicto  –cualquiera que sea-,  es darle las herramientas que necesite para poder continuar con su embarazo y, más adelante, para que pueda criar amorosamente a ese hijo que lleva en su seno. En la generalidad de los casos esto parece muy obvio. Y lo es.

Ahora bien ¿qué sería lo mejor para una mujer encinta cuyo conflicto fuera el haber sido víctima de una violación? En realidad no lo sabíamos. Ni lo supimos hasta que se nos fueron presentando los primeros casos. Era evidente que las ayudaríamos a continuar con sus embarazos: a fin de cuentas, ese es nuestro fin asociativo. Pero lo que no era nada obvio es que criar a ese hijo  –en lugar de darlo en adopción-,  fuera la mejor opción para la mujer violada.

Como no podíamos resolver la duda, pues había tantos y tan buenos argumentos para una u otra opción, decidimos obrar con esas mujeres igual que con las demás: procurar ayudarlas a aceptar, amar y criar a ese hijo que venía al mundo de ese modo trágico. El resultado superó nuestras expectativas.

En Portal de Belén no solo damos alojamiento y comida, sino también atención médica, jurídica, psicológica, etc. a las mujeres que la necesitan. Todas las mujeres violadas recibieron atención psíquica. Con ese acompañamiento y el nuestro, decidieron no solo continuar sus embarazos, sino también criar a sus hijos. En todos los casos, en un tiempo relativamente breve, los informes psicológicos concluyeron del mismo modo: el acto de amor de haber aceptado, amado y criado a ese hijo, curó completamente las secuelas psíquicas de la violación. Para nosotros fue una de las sorpresas más hermosas que tuvimos, en estos años de trabajo silencioso y fecundo.

Ante estas realidades que nos enseña la ciencia y nos muestra el trabajo con quienes padecen la problemática, me pregunto: ¿Puede ser razonable matar por las dudas que el hijo fuera producto de una violación, cuando se sabe que esto casi nunca sucede? También me pregunto: ¿es bueno para la mujer violada quitarle la posibilidad de la curación total, del trauma que le produjo esa brutalidad?

A los caballos que circulan por la ciudad hay que ponerles anteojeras para que no vean la realidad, puesto que si la percibieran se asustarían y provocarían un desastre movidos por el miedo. Me vuelvo a preguntar: ¿qué clase de anteojeras tienen algunos de nuestros jueces, gobernantes y médicos, que parecen impedirles reconocer la realidad?

En un instante, injusta y bárbaramente, se mata a una persona por nacer. Nosotros preferimos acompañar a sus mamás durante meses, ayudándolas a crecer y superar por sí mismas todos sus obstáculos. Nos parece lo mejor para todos, también para nosotros que crecemos en humanidad…

Fuente: AICA

Nuestra Opinión


Debemos concluir, necesariamente, que la 'libertad de expresión' se encuentra condicionada en nuestra Patria, por ideologías que marcan el rumbo del adoctrinamiento a la población. El periodismo requiere veracidad en los hechos, pues la noticia pertenece al público y no a los editores de los medios de prensa. Esos hechos deben ser comunicados, con independencia de la opinión del publicista, aún cuando se colocaren fuera del 'discurso único' o de lo 'políticamente correcto'; pues la discusión sobre los temas centrales de la sociedad (y el asesinato de niños por nacer, lo es), permite la discusión y las opiniones divegentes. Lo contrario, como lo hace La Voz del Interior, es meramente totalitarismo.

Por: Ferreyra Viramonte Luis Fernando
lffv@yahoo.com.ar

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