Pensamiento único y violación de derechos humanos
Los DDHH tienen como fundamento universal la dignidad de cada ser humano y de eso se trata: de la necesidad de denunciar casos concretos, no para escarnio de un régimen político, sino para exigir justicia. En la Argentina, también tenemos violaciones de los Derechos Humanos a montones, pero no se nos informan.
Fuente: La Verdad.com
No hay doctrina más pertinente ni programa político más obligante que los derechos humanos (DDHH), conquista moral y civilizatoria de la humanidad, cuyos antecedentes más remotos se encuentran en las antiguas sabidurías religiosas y, particularmente, en el cristianismo, con la prédica evangélica de Jesús y su proclama universal de que todos somos hijos de Dios y, en consecuencia, hermanos, obligados por ello mismo al amor.
En la modernidad, los momentos históricos que proclamaron estos principios fueron la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Revolución Francesa en 1789 y la Declaración Universal de los Derechos Humanos asumidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 10 de diciembre de 1948.
En todas las sociedades se cometen abusos contra los DDHH, en unas más que en otras, lo que no significa abandonar la denuncia y exigir y mantener una militancia permanentemente activa en la defensa sin concesiones de estos derechos. Venezuela no es la excepción y también entre nosotros estos tienden a ser precarios y estar permanentemente comprometidos.
Los DDHH tienen como fundamento universal la dignidad de cada ser humano y de eso se trata: de la necesidad de denunciar casos concretos, no para escarnio de un régimen político, sino para exigir justicia, más allá de cualquier ideología o posición política. En los últimos años son representativos los casos de Franklin Brito, los policías Forero, Vivas y Simonovis, la jueza Afiuni, sin mencionar el centenar de presos políticos y exiliados sometidos a todo tipo de vejamen y persecución por el único delito de pensar distinto y no estar de acuerdo con el régimen imperante.
A este respecto es dramática la carta pública de Iván Simonovis, que recientemente se difundiera por diversos medios y que creemos oportuno ayudar a difundir para tratar de provocar una necesaria rectificación, especialmente en estos tiempos navideños, con el Presidente enfermo y conversaciones en torno a una posible amnistía. Dice el excomisario Simonovis: “Ocho años han pasado desde que llegué a este monasterio de la oscuridad. Aquí estamos encerrados en una caja de concreto, sin luz natural ni ventilación. No busco consuelo, pero quisiera recordarle [...] que en ocho años de prisión solo he podido tener acceso a trece (13) días de sol y aire puro. En el tribunal reposa el informe clínico ratificado por médicos forenses de mi situación médica y desde hace más de un año estoy a la espera del traslado a una clínica para culminar exámenes que quedaron pendientes en septiembre de 2011 (…). La violencia y el odio han creado más problemas sociales de los que se pueden resolver. Sistemáticamente se ha pretendido separar a los venezolanos sembrando odio y resentimiento. Una posición reaccionaria nos arrastra a un oscuro e inexorable camino autodestructivo”.
Por Ángel Lombardi / Rector de la Unica /http://angellombardi.com
Fuente: La Verdad.com
Nuestra Opinión
Debiéramos pensar seriamente, sobre el paralelismo con nuestra desmenuzada Patria. Desde ya que nos horrorisa la historia de este venezolano. Pero también debemos pensar en lo que nos está pasando a los argentinos.
La manipulación evidente de los DDHH, nos han convencido que los únicos existentes son aquellos que el gobierno quiere que veamos.
Pues es parte de la MENTIRA oficial, que sólo son 'derechos humanos' los de las Madres de Plaza de Mayo, los gays, el 'derecho al aborto' y el feminismo extremo.
Millones de argentinos han visto morir sus familias y su presencia ante los hijos, secuestrados literalmente por los jueces de familia y la inicua doctrina de 'la madre propietaria', en violación concreta y actual de los DERECHOS HUMANOS DE LOS NIÑOS que tiene, en la República Argentina, EL MISMO VALOR QUE LA CONSTITUCIÓN.
Pero en ese caso, en el caso de millones de niños menores de 18 años, pareciera que no son derechos humanos. Y no lo son, aunque no se crea, por que ello habría impedido el embate de la Corte Suprema a favor del asesinato de niños por nacer:
En términos generales, esta política macabra y destructora de familias, sólo quería imponer que la 'madre es propietaria de su hijo' y con ello, que la mujer 'tiene derecho a abortar'. Es claro, entonces, la ilegalidad de los ministros de la Corte. Este medio, por ello, no confía en nada de lo que digan o resuelvan estos personeros de la muerte. En nada, por que 'por sus obras los conoceréis'. Simple y contundente.
Por: Ferreyra Viramonte Luis Fernando
lffv@yahoo.com.ar