El Papa Francisco acepta la renuncia de 3 obispos de Chile
El Papa Francisco ha aceptado la renuncia de Mons. Juan de la Cruz Barros Madrid como Obispo de Osorno; del Arzobispo de Puerto Montt y del Obispo de Valparaíso; y ha nombrado administradores apostólicos mientras se resuelve su sucesión.
Fuente: ACIPRENSA
Se trata de las tres primeras renuncias aceptadas después de que los 34 Obispos chilenos que se reunieron con él en Roma del 15 al 17 de mayo, para tratar los casos de abusos sexuales en Chile, pusieran sus cargos “en las manos del Santo Padre”.
En dicha reunión, se analizaron las conclusiones del informe de 2.300 páginas, sobre los abusos en Chile, elaborado por el Arzobispo de Malta y uno de los mayores conocedores del tema, Mons. Charles Scicluna.
Según un comunicado difundido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el P. Ricardo Basilio Morales Galindo será el Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Puerto Montt en sustitución de Mons. Cristián Caro Cordero.
Por su parte, Mons. Pedro Mario Ossandón Buljevic, Obispo Auxiliar de Santiago de Chile, se encargará de la dirección pastoral de la Diócesis de Valparaíso como Administrador Apostólico en sustitución de Mons. Gonzalo Duarte García de Cortázar, a quien el Papa le aceptó la renuncia.
Por último, el Administrador Apostólico de Osorno, tras la aceptación de la renuncia de Mons. Barros, será Mons. Jorge Enrique Conchua Cayuqueo, Obispo Auxiliar de Santiago de Chile.
La Iglesia en Chile se encuentra en un proceso de profunda renovación y conversión como consecuencia del escándalo de abusos sexuales que afecta a su episcopado. En una carta dirigida a los católicos de Chile el jueves 31 de mayo, Francisco pedía un proceso sano "y a largo plazo”.
Señaló también que “la renovación en la jerarquía eclesial por sí misma no genera la transformación a la que el Espíritu Santo” impulsa, por lo que “se nos exige promover conjuntamente una transformación eclesial que nos involucre a todos. Una Iglesia profética y, por tanto, esperanzadora reclama de todos una mística de ojos abiertos, cuestionadora y no adormecida. No se dejen robar la unción del Espíritu”.
Dentro de ese proceso de renovación y conversión, Francisco se ha reunido con varias víctimas de los abusos cometidos en Chile.
Fuente: ACIPRENSA