¡La Virgen de Fátima llegó al hospital!
Chile, país en el que se incrementaron rápidamente los casos de coronavirus, recibe la bendición “silenciosa” de la Virgen de Fátima
Fuente: ALETEIA
ubo que modificar el itinerario, pero igual la visita se empezó concretar. La Virgen de Fátima recorre Chile –a través del programa Misión Fátima Chile (septiembre 2019-agosto 2020)- y en los últimos días lo ha hecho en diversos sectores de La Serena y Coquimbo.
Y como cada vez que la Virgen de Fátima llega a un país (en este caso con una imagen réplica de la que está en el santuario de Portugal) el consuelo y la alegría se hace latente sin importar el contexto.
En este caso, a la Virgen de Fátima le tocó visitar Chile en medio de la pandemia del coronavirus. Las imágenes muestran su camino por diversos sectores entre los que se destacaron un hogar de ancianos, comisaría, iglesias y fundaciones.
Pero uno de los momentos más emotivos del recorrido –tal cual queda plasmado en esta imagen- es cuando la Virgen ha llegado a la puerta del hospital (en este caso uno en La Serena y con un cartel de urgencias en rojo). Tal vez el mejor abrazo, uno de los más esperados.
Ampliación de cuarentena
En cuanto a Chile y el coronavirus, en las últimas semanas el número de casos ha crecido de manera considerable (hasta el momento hay más de 148.000 casos y con un número de fallecidos que superan las 2400 personas). Esto ha hecho que se tomara la decisión de ampliar la cuarentena obligatoria (actualmente hay unas 9 millones de personas confinadas para evitar la propagación del virus) que impera en lugares como Gran Santiago para llegar a sitios como Valparaíso y Viña del Mar.
El caso de Chile preocupa a nivel regional, pues hasta hace alguna semanas la situación parecía «controlada», pero la flexibilidad de algunas medidas ha generado este duro incremento, algo que ha posicionado a este país sudamericano entre los más afectados de América Latina junto a países como Brasil y Perú. En medio de todo esto ahí está la Virgen de Fátima y su bendición «silenciosa».
Fuente: ALETEIA