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El renombrado historiador y erudito Roberto de Mattei se encuentra actualmente en los EE.UU
Fuente: LA PUBLICACION
Continuando el tema de la intransigencia, comentando un artículo de, Roberto de Mattei aparecido en ADELANTE LA FE, habla el autor de quienes son lo opuesto al que es firme, constante, intransigente con el error, esto es El HOMBRE MEDIOCRE, espécimen abundante en nuestra época.
Les atribuye, con justicia, esto: es el que aborrece a los que son hombres de verdad, superiores, porque su presencia lo perturba, pues es alguien que vive de acuerdo a sus principios.
Es el que vive con miedo a comprometerse, abomina del genio y la virtud, ama lo que llama " el justo medio " un modo de acomodarse y seguir sin el riesgo de sostener la verdad, se dice "moderado”.
El mediocre tiene una gran deferencia hacia la opinión pública .Respeta al que tiene éxito, pero teme a quienes son combatidos por el mundo. Es capaz de adular a su enemigo si este lo deja en su cómoda situación, pero se distancia de su mejor amigo si este es blanco de los ataques del mundo.
Al hombre mediocre le gusta dárselas de moderado, cuando es auténtica la Moderación es una virtud , pero no tiene nada que ver con el " moderantismo " que es una opción de vida opuesta a la intransigencia de quien combate por la verdad.
A ese hipermoderado la verdad le parece excesiva, y también el error. Ese falso moderado en la práctica tiene una tercera postura, entre la verdad y el error, entre el bien y el mal. Dos fuerzas que operan en el mismo terreno y en sentidos opuestos, forzosamente tienen que combatirse, pues no puede difundirse la verdad y el bien sin tener que combatir el error y el mal. Y a la inversa, no se puede divulgar el error y el mal sin combatir la verdad y el bien, y a quienes defienden y luchan por la verdad y el bien. Lo enseña San Agustín en el tema de las dos ciudades.
El " moderado", el mediocre, detesta al que es coherente con sus ideas, lo califica como intolerante. Intolerancia es el término despectivo que dieron a la santa intransigencia los filósofos iluministas como Voltaire.
El hombre mediocre tiene la aprobación de los poderosos, sean gobernantes, hombres adinerados, o jerarcas religiosos. El mediocre es bien visto porque tolera, es "amplio " aconseja cuidado, no ser audaz, triunfa y ayuda a triunfar humanamente.
HUMANAMENTE CRISTO NO TRIUNFO.
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