«Ecuador en oración» ante la ola de violencia que llena de temor a la población
Hay una gran sensación de inseguridad ante el accionar del crimen organizado
Autor: ALETEIA
En las últimas horas se registraron más de doce ataques, varios de ellos con explosivos, y la muerte de cinco policías. La Iglesia se solidarizó con los familiares de las víctimas de tanta violencia y se reza por la paz
Preocupación y miedo es lo que impera entre la población ante el fuerte incremento de la violencia en zonas como Guayas y Esmeraldas, tal cual constató Aleteia desde Ecuador.
Es que hay una gran sensación de inseguridad ante el accionar del crimen organizado que ha tenido un punto clave este 1 de noviembre con al menos una docena de ataques, varios de ellos con explosivos, según informaron medios locales comoLa Hora (este 2 de noviembre otros medios comoEl Universodan cuenta de al menos 18 ataques que ya dejaron más de 20 detenidos).
La compleja situación llevó al presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, a decretar el estado de excepción (previsto durante 45 días) en las provincias afectadas y el toque de queda desde la noche, algo que otorga protagonismo al accionar de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
Como trasfondo, la influencia de las bandas vinculadas al narcotráfico («Los Choneros» y «Los Tigurones») en las zonas del epicentro de los ataques y el drama tras la confirmación de una violencia que dejó un saldo de cinco policías fallecidos en menos de 24 horas.
Un drama extendido en las cárceles
La situación de violencia en las calles de esas zona de Ecuador también llegó a las cárceles, sitios que han cobrado protagonismo en los últimos meses con varios capítulos de masacres que han generado conmoción e incluso llamado la atención a nivel internacional.
En Esmeraldas, por ejemplo, los presos tomaron como rehenes a varios guías penitenciarios mientras que en la Penitenciaría del Litoral, Guayaquil, hubo amenazas de más matanzas, continuó La Hora.
«En vigilia permanente»
María Cristina Santacruz de Cuvi, más conocida como «Titi de la Misericordia», conoce bien cerca la realidad del sistema penitenciario de Guayaquil ofreció algunas declaraciones a Aleteia en nombre del equipo coordinador de la pastoral penitenciaria de la Arquidiócesis de Guayaquil sobre lo que se ha estado viviendo en estas horas.
«Hemos pasado en vigilia permanente las últimas 48 horas con todo el equipo de misioneros voluntarios de la pastoral que incluye obispos, sacerdotes y laicos, así como un equipo que le llamamos ministerio permanente de intercesión del Santuario de la Asociación de la Divina Misericordia», comentó «Titi» a Aleteia.
Es en esos centros penitenciarios donde, en medio de tanto dolor, hay espacio para el acompañamiento y la oración junto a los privados de libertad.
Al ser consultada sobre cómo afrontar desde la fe esta dura situación que se vive en las Ecuador con las cárceles como protagonistas en medio de la fuerte ola de violencia, «Titi» respondió lo siguiente:
«Un cristiano se siente comprometido, decidido. Siempre me preguntan si no tenemos miedo de estar adentro, intramuros. Y nuestra respuesta es que preferimos morirnos adentro como héroes o heroínas secretas que quedarnos afuera con pecados de omisión».
«Estamos orando con ellos»
«Muchas veces, en estas crisis, no podemos salvar los cuerpos, pero sí nos dedicamos a la liberación de almas cautivas y les ayudamos a salvarlas. Cuando hay emergencia y crisis -y no podemos estar adentro- estamos orando con ellos», agregó.
En medio de la vigilia del equipo, tanto dentro como fuera de las cárceles, «Titi» también comentó a Aleteia que algunos privados de libertad del pabellón ocho, nuevo y dos de Penitenciaría del Litoral (los más vulnerados actualmente y donde en las últimas hora hubo levantamiento por el traslado de más de 500 reclusos, tras lo cual imperan las amenazas de más violencia ) le informaron que estaba bien.
«Hemos tomado contacto con familiares de las personas privadas de libertad, especialmente de los más desesperados de esos pabellones –pero también de los aledaños por razones obvias-, les hemos tomado de la mano y ellos saben que cuentan con nuestro auspicio espiritual», finalizó «Titi».
«Una golondrina no hace verano, pero lo anuncia…»
Quien también ofreció una reflexión, compartida con Aleteia, sobre lo que acontece en Ecuador fue el párroco de Nuestra Señora de Czestochowa en Guayaquil, César Piechestein.
«Vivimos tiempos complicados, con conflictos que no se resuelven y que van ganando terreno. Injusticia y violencia son el pan de cada día y estamos en constante riesgo de llenarnos de rencor o de caer en la desesperación. El miedo es muy mal consejero.Frente a esta situación hay varias posturas que se pueden tomar, pero solo una es la correcta», expresó el sacerdote a través de un mensaje titulado «Una golondrina no hace verano, pero lo anuncia».
«Los hijos de Dios entendemos que no se puede tapar el sol con un dedo, que son tiempos de convulsión que requieren nuestra intervención. Y aunque sabemos que somos solo una golondrina, también sabemos que tenemos a Dios de nuestra parte y que no podemos quedarnos indiferentes», indicó en uno de los pasajes.
«Jesús nos llama a ser trabajadores por la paz, instrumentos suyos. Hemos de anunciar el “verano” que llega cuando una persona vuelve a estar en comunión con Dios», prosiguió.
«La paz se siembra en cada individuo, no es cuestión de las autoridades civiles o militares, sino de los discípulos de Cristo. Podemos transformar el mundo, una persona a la vez. La paz auténtica se alcanzará viviendo la ley del amor, que está muy por encima de cualquier ley que puedan elaborar los hombres», subrayó.
En el altar de adoración de esa parroquia suele haber de manera permanente una bandera de Ecuador y de Ucrania. En todas las misas se pide a la patrona, la Virgen de Czestochowa, por la paz en Ucrania y por el cese de la persecución de la Iglesia en Nicaragua. Y en estos días de manera especial lo que acontece en Ecuador.
«Ecuador en oración»
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana se pronunció a finales de octubre sobre la ola de violencia que impera en Ecuador a través de un mensaje de su presidente, el arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera.
Fue ahí donde la Iglesia expresó solidaridad y cercanía para con los familiares de todas las víctimas de la violencia en diversas partes de Ecuador.
«Queremos invitar tanto a las autoridades del estado como a la sociedad civil a seguir trabajando por esa cultura de paz que haga posible una convivencia serena y pacífica entre nosotros. Elevamos también nuestra oración por aquellas personas que han caído por esa violencia insostenible entre nosotros», indicó Cabrera.
Autor: ALETEIA