La denuncia contra Juan José Gómez Centurión que fuera presentada el viernes por Patricia Bullrich es extraña, a fuer de inconsistente. Pero causó un fuerte efecto mediático -tal vez lo que se buscaba- que dañó el prestigio intachable del inculpado por la calumnia.
El primero es héroe de Malvinas, al que la Nación Argentina le otorgó la más alta condecoración que Patria concede: la “Cruz al Heroico valor en Combate”, participó en la recuperación de las islas, rescató cañones del agua helada, se batió heroicamente en Darwin y Ganso Verde, rescatando a un camarada herido en pleno dispositivo enemigo. Y los británicos sufrieron la primera frustración al probar el coraje de la Sección del Regimiento de Infantería 25 liderada por este comando.
Patricia Bullrich, en cambio, era una terrorista perteneciente a la Columna Norte de Montoneros, siendo una de las militantes que más atentados perpetuó.
Patricia Bullrich (a) “Carolina Serrano” (a) “Caly”», era integrante de la “Secretaría Militar” de la “Columna Norte” (ex banda terrorista”Descamisados”) de los castristas Montoneros que comandaba Rodolfo Gabriel Galimberti (a) “Benja” (a) “el Loco Alejandro” (a) “Wilkinson”, y el “Canca” Gullo.
Un botón de muestra de lo que eran capaces las hermanas fue el fructuoso secuestro de los también hermanos Juan y Jorge Born (U$S 61 “palos”): pocos recuerdan el apellido materno del Gerente de “Molinos”, padre de familia numerosa fríamente asesinado junto al chofer Juan Carlos Pérez (otro padre de varios hijos), asesinados por orden de la “Secretaría Militar” para ahorrarse lugar, alimentación y vigilancia sin recaudar un rescate rentable.
La víctima se llamaba Alberto Luis Cayetano Bosch Luro, y las montoneras -y entregadoras- se apellidaban Bullrich Luro Pueyrredón…
Julieta Bullrich Galimberti murió en el exilio, un accidente de tránsito cerca de París. “Galimba” murió mucho después en San Isidro, y “Caly” que vivía con ellos en fuera del país, tanto en Brasil, como en Francia como en México visitaba el Distrito Federal mexicano.
En 1983, cuando la democracia renacía, una Bullrich ya no tan montonera como peronista descubrió que el peronismo se había pasado a la derecha. El hallazgo presuponía que el peronismo había sido de izquierda alguna vez pero, como quiera que haya sido, lo de esta mujer no era una voz de alarma para adoptar medidas de defensa, sino el anuncio de que ella se pasaba también.
Pero por aquel entonces, en los tempranos años ‘80 se casó con su marido actual, Guillermo Yanco (hoy Subdirector del Museo de la “Shoá”) se convirtió al judaísmo e hizo a sus hijos y nietos respetar al grupo de pertenencia de la colectividad judía, de quien es íntimamente allegada, así como a la Embajada de Israel.
En democracia logró ser diputada, y, durante el Gobierno del presidente De la Rúa, ser designada en el cargo de Secretaria de Institutos Penales.
Quizás por su experiencia como presa, se la recuerda por clausurar el edificio inexpugnable de la cárcel de Caseros (construida por el Proceso en 1979); luego fue Ministra de Trabajo y, ahora, de Seguridad…
Vale decir, en definitiva, que mientras Juan José obtenía el reconocimiento de la Patria Argentina para defenderla hasta con su propia vida, Patricia Bullrich atentaba contra la Nación y sus habitantes.
Antes de la famosa denuncia que cursara la ahora funcionaria de “PRO-Cambiemos” sobre las subrepticias y extrañas conversaciones telefónicas editadas para “embarrar” al honesto Director de Aduanas, se hablaba en los corrillos que Gómez Centurión era la persona idónea para reemplazar a la inoperante Patricia Bullrich Yanco como Ministro de Seguridad.