AMÉRICA/ARGENTINA - Cuando se niega el derecho más elemental, el derecho a vivir, todos los derechos humanos quedan colgados de un hilo

Difusión Lunes 16 de Marzo de 2020

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Sacerdotes de Caacupe en procesión

Caacupé (Agencia Fides) – “Cuidando la Vida construimos nuestros barrios” es el título de la declaración del equipo de sacerdotes de la ciudad y de las zonas periféricas de la capital argentina y de la provincia, en el que presentan algunas consideraciones sobre un tema de gran actualidad en el país, “el drama del aborto” (véase Fides 04/03/2020).

Fuente: AGENZIA FIDES

La presentación ha tenido lugar en la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, el pasado 13 de marzo. Junto algunos sacerdotes y al párroco, ha estado presente el obispo auxiliar de Buenos Aires, Mons. Gustavo Carrara.
“En tiempos de crisis es necesario discernir prioridades. Por eso valoramos la iniciativa en la lucha contra el hambre” escriben al inicio del documento, mostrando su aprecio por “el compromiso hacia los últimos y el deseo de un país más federal”. “Esto presupone una actitud de profunda escucha de los más humildes” continúan, subrayando que “la legalización del aborto, no está en la prioridad de los más pobres”. Al mismo tiempo reiteran que la delicada negociación de la deuda externa, “no puede hacerse a costa de generar más deudas sociales”. Por lo que señalan que “muchas veces los organismos internacionales que prestan dinero 'sugieren' políticas de control de crecimiento de la población. Esto apunta directamente a nuestras villas y barrios donde en vez de reducir la pobreza se reduciría la cantidad de pobres”.
El Papa Francisco ha condenado repetidamente la “cultura del descarte” contra los ancianos, inmigrantes, discapacitados, niños pobres y no nacidos, que lleva “a desecharlos, a negarles el derecho a existir”. Recordando lo que ya se ha afirmado en sus documentos precedentes, los sacerdotes expresan aprecio por el compromiso y valoración de la vida de las mujeres pobres que “No se dejan seducir por el individualismo y asumen en sus decisiones los valores de la comunidad”. “Muchas veces son madres de sus hijos y de los del pasillo”.
“Como Iglesia presente en villas y barrios populares, donde se viven múltiples dificultades, queremos renovar nuestro compromiso con la lucha por la Cultura de la Vida y los derechos humanos” reiteran, “especialmente la vida amenazada en cualquiera de sus formas” “Cuando se niega el derecho más elemental –el derecho a vivir– todos los derechos humanos quedan colgados de un hilo. Porque cualquier opción por la dignidad humana necesita fundamentos sólidos que estén más allá de cualquier circunstancia, de otra manera esa opción se vuelve muy frágil”.
Para las mujeres humildes de nuestros barrios, “los hijos son el mayor o el único tesoro”, “para la sensibilidad de ellas es particularmente trágico abortar, y generalmente lo viven como una profunda humillación, como una negación de sus convicciones más íntimas”. “Sabemos que el aborto existe, y no negamos esa realidad. Creemos que la ‘interrupción’ del embarazo no es camino de solución a los profundos problemas que sufren muchas mujeres… para las mujeres de nuestros barrios, el aborto es vivido como un drama existencial, personal y comunitario”.
A las mamás que sufren situaciones dramáticas hay que acompañarlas y poder ayudarlas con su embarazo, como hacen muchas vecinas que ayudan en situaciones difíciles. “La propuesta de una vida digna no acaba con el nacimiento de la niña o el niño – continúan -. Estos necesitan calor de familia-comunidad, necesitan nutrirse bien, necesitan jardín y escuela, necesitan acceder a la atención médica adecuada, necesitan que los clubes sean espacios sanos y dichosos donde desplegar sus potencialidades, etc. Y si en nuestra patria la mayoría de los pobres son niños y adolescentes, ellos deben ser los privilegiados”. “Que la Virgen de Luján, nos enseñe a cuidar a los más frágiles de nuestro pueblo” concluyen. (SL) 

Fuente: AGENZIA FIDES

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