Guerra del Opio: Cuando la Reina era líder del cartel de drogas
Cuando la Reina controlaba el narcotráfico. La Guerra del Opio fue el conflicto que mantuvieron China y el Reino Unido entre los años 1839 y 1842. La tensión fue gatillada por el ingreso a China de opio cultivado en India, comercializado por la compañía británica de las Indias Orientales, que administraba India para la Corona. La venta de opio era clave para los británicos porque así compensaban el comercio con China, de donde importaban mucho te: compraban infuciones y exportaban droga. El comercio de opio fue rechazado por China, que exigió ejecutar la prohibición al comisionado imperial Lin Zexu. Los comerciantes británicos e indios cuestionaron por el quebranto que les provocaba el rechazo chino y la Corona británica a envió una flota de guerra para forzar a China a comprar droga. El emperador chino firmó el Tratado de Nanking, que a China a importar opio, en el marco del libre comercio, a través de 5 puertos (el más importante era el de Cantón) y la cesión de la isla de Hong Kong durante 150 años. USA, Francia y Rusia aprovecharon la derrota china para forzar a Beijing a firmar otros China convenios oprobiosos llamados “Tratados Desiguales”. En 1860 China fue forzada a abrir otros 11 puertos al comercio con esos países. La ausencia de soberanía de China se acentuó tras la derrota militar ante Japón (1894-1895). La 1ra. Guerra del Opio concluyó el 29/08/1842 con condiciones humillantes para el Imperio de la Casa Qing.
Fuente: http://fdra-historia.blogspot.com.ar
Cuando la Reina controlaba el narcotráficoLa caricatura ilustra lo que fue la Guerra del Opio.
El narcotráfico regulado por el Estado fue una herramienta a la que apeló el Reino Unido para equilibrar su balanza comercial desfavorable con China. Ese período nefasto se lo conoce como Guerra del Opio.
En verdad, fueron 2 guerras del Opio:
entre 1839 y 1842, y entre 1856 y 1860, de la que también participó Francia junto a los británicos.Y dado que USA también utilizó aquella situación para aprovecharse de China, algunas conclusiones son:
Occidente coquetea con el narco desde hace mucho tiempo,
- el narcotráfico que provoca tensión es aquel que no controlan los gobiernos,
- el narcotráfico es una herramienta de presión política y de comercio exterior.
La hipocresía de Occidente y la ignorancia de muchos gobernantes y medios de comunicación es llamativa. Vale la pena recordar los hechos.
El recorte de Juan Rivas Moreno en El Mundo madrileño es muy interesante:
"Cuando Lord Macartney volvió de su embajada a China en 1794, trajo consigo un rechazo absoluto por parte del gobierno Qing a todas las concesiones que los representantes británicos habían solicitado, y una carta del emperador Qianlong, dirigida al rey Jorge III, explicando la inutilidad de los lazos comerciales entre el Imperio Celeste y las naciones "bárbaras".
En 1794, la China manchú era el estado más populoso, rico y extenso con diferencia. China había alcanzado su cénit y su máxima expansión bajo el reinado del emperador Qianlong, y nadie podía haber previsto en aquella época que, tan sólo cuarenta y cinco años más tarde, las fuerzas británicas doblegarían a los emperadores manchúes en la Primera Guerra del Opio.
Sin embargo, Gran Bretaña y Europa sufrieron una metamorfosis entre 1794 y 1839, un proceso de cambio continuo cuyo resultado final era irreconocible en comparación con el punto de inicio. En menos de medio siglo, Inglaterra le había ganado la mano al imperio manchú e iniciaría un proceso que pondría a Europa y al mundo occidental en el centro de todos los mapas. No obstante, detrás del proceso que supuso el nacimiento de la modernidad y de la predominancia europea se encontraba una mercancía de dudosa legalidad: el opio. (...)".
El comercio mundial es una gran oportunidad para activar la economía de los países entre sí, y el desequilibrio de la balanza comercial requiere de una identificación apropiada de los motivos por los que un país lo toleraría y qué obtiene a cambio. De lo contrario es un disparate, semejante al que la Argentina vivió en diferentes períodos históricos contemporáneos.
La Guerra del Opio fue el conflicto armado por el Reino Unido, bajo el reinado de la reina Victoria en el Reino Unido; para compensar el comercio con el emperador Daoguang, de China.
El monopolio
La Compañía Británica de las Indias Orientales fue una empresa iniciada en septiembre de 1599, para quitarle a compañías holandesas el monopolio del lucrativo comercio de especias, y por ese motivo, tiempo después, la reina Isabel I le concedió una Carta Real para la exclusividad del comercio con las Indias Orientales durante 15 años.
El gobierno inglés no tenía acciones en la empresa, pero ejercía el control indirecto.
Y así la empresa creció hasta representar el 50% del comercio mundial, en particular en algodón, seda, colorante índigo, sal, salitre, té y opio.
La compañía terminó comerciando en especial con la dinastía china Qing y dirigió el desembarco en India.
En 1698, sus enemigos en Londres, con el consentimiento del Parlamento, promovieron una rival: Compañía Inglesa de Comercio para las Indias Orientales. En 1702, ambas compañías llegaron a un acuerdo de fusión en la Compañía Unificada de Mercaderes Ingleses que Comercian con las Indias Orientales, que obtuvo la soberanía territorial sobre India hasta 1858, cuando este territorio pasó a control del Imperio británico.
En el interín, el 16/12/1773, un grupo de colonos de Boston vestidos de indios norteamericanos se colaron en barcos de la Compañía de las Indias Orientales y arrojaron todo un cargamento de té al agua en protesta por el Acta del Té de 1772.
El Motín del Té fue el comienzo de la Revolución estadounidense. Permite comprender la importancia que tenían el te y la Compañía de las Indias Orientales para la Corona británica.
El té representaba el poderío imperial, que se expresaba a través de la Compañía de las Indias Orientales. El té era un bien de consumo global y a finales del siglo 18 sólo podía comprarse en un país: China; y había un único importador y distribuidor que era británico.
Pero la Compañía Inglesa de Comercio para las Indias Orientales, que utilizaba a India como base de operaciones, tenía un fuerte déficit comercial con China. Para no tener que pagar con dinero debía equilibrar el comercio.
Los británicos estaban atrapados entre su interés por aumentar la rentabilidad de su negocio, el déficit en el intercambio que atentaba contra la rentabilidad y el desinterés de China por lo que producía India.
Entonces, la adormidera resultó una herramienta para el equilibrio del comercio.
La Guerra del Opio
El opio
En tablillas sumerias ya se mencionaba al opio con una palabra que también significa ‘disfrutar’.
En el palacio de Ashurnasirpal II en Nimrud (Asiria, actual Irak) existía un bajorrelieve de una diosa rodeada de adormideras (puede apreciarse en el Museo Metropolitano de Nueva York).
Los egipcios lo utilizaban como analgésico y calmante. Según el papiro Ebers, lograba "evitar que los bebés griten fuerte". Homero (en la Odisea) afirma que es una sustancia que "hace olvidar cualquier pena", y el historiador Herodoto recuerda sus propiedades medicinales, a la que apelaban en los templos de Esculapio: cuando ingresaba un paciente a aquellos hospitales de la antigüedad, le aplicaban un "ensueño sanador".
Hans Sachs, a mediados del siglo 16, explicó:
"(...) Al recorrer el campo de batalla, vieron con sorpresa que los sarracenos seguían teniendo el falo duro y erecto. El médico de campaña —sin dar muestras de extrañeza— les explicó que aquello no tenía nada de extraordinario, pues de todos era bien sabido que los turcos acostumbraban tomar opio, y que el opio produce excitación sexual aún después de la muerte. (...)".
La cultura árabe utilizaba el opio como euforizante general, y se consumía tanto en privado como en divanes públicos.
El Parlamento decide atacar China
China
La Compañía Inglesa de Comercio para las Indias Orientales encontró que había tierras y agricultores que podían asegurar, en India, una buena producción permanente de adormidera, que tiene unos frutos secos (cápsulas) de los cuales se extrae la morfina y otros alcaloides con los que se produce el opio.
La Compañía Inglesa de Comercio para las Indias Orientales promovió el comercio de opio, y la Corona británica autorizó la exportación ilegal de opio a China.
Hacia 1839, miles de adictos chinos trabajaban para destinar el 80% de su salario a la compra del narcótico.
Luego de solicitar, infructuosamente, a la reina Victoria que cesara el ingreso de opio a China, el emperador Daoguang prohibió la venta y el consumo de opio en China.
Después de la expulsión de algunos comerciantes británicos de tierras Qing, la Corona británica ordenó el ataque.
En las acciones bélicas, la superioridad militar de los británicos fue notable.
El 29/08/1842 el Emperador aceptó firmar el Tratado de Nankín que se escribió a bordo del navío de guerra británico HMS Cornwallis, en aguas de Nankín.
El representante británico fue Sir Henry Pottinger; los representantes de la Casa Qing fueron Qiying, Ilibu y Niujian. Fueron 13 artículos ratificados por la reina Victoria y el emperador Daoguang, 10 meses después.
El tratado abolía el monopolio de 13 fábricas que tenían el comercio extranjero en Cantón (Artículo V) y se abrieran 5 puertos (Cantón, Amoy, Foochow, Ningbo y Shanghái), donde los británicos podrían ingresar sus mercaderías con libertad.
El Imperio británico designaría cónsules en esos 5 puertos, donde se aplicarían aranceles fijos acordados entre los británicos y el Gobierno Qing.
China debía pagar a los británicos por el opio decomisado, en compensación de las deudas que los comerciantes de Hong Kong debían a los británicos, y como compensación por los costes de la guerra.
En total, 21 millones de dólares en plata (para la época, un dineral) en un plazo de 4 años con un interés anual del 5% en las cuotas que no fueran pagadas en tiempo y forma.
El gobierno de Qing debía, asimismo, liberar a todos los prisioneros de guerra británicos, amnistiar a todos los súbditos chinos que hubieran colaborado con los británicos durante la guerra ('dealers' y 'narcos').
Las tropas británicas permanecieron en Gulangyu y en Zhoushan hasta que el gobierno de Qing pagó en su totalidad el precio acordado.
Los chinos debieron ceder la isla de Hong Kong al territorio británico por 150 años.
La consecuencia de todo esto fue el derrumbe de la economía china.
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