Primer censo ordenado por Cortés está en náhuatl y apareció en Polonia
Se levantó entre 1519 y 1524 porque el conquistador quería conocer el valor de sus tierras; es un compendio de villas de 80 páginas y Humboldt se lo llevó a Europa.
Fuente: La Razón de México
Encontrado en 2003 en la Biblioteca de la Universidad Jaguelónica en Polonia, los primeros avances de la investigación del censo redactado en náhuatl, que fue aplicado bajo las órdenes de Hernán Cortés alrededor de 1519-1524, para conocer a detalle el valor de la tierra que cubría su Marquesado (hoy comprendido en los estados de Morelos, Veracruz, Michoacán y Oaxaca) fueron analizados por su descubridora, la historiadora mexicana Brígida von Mentz.
En entrevista con La Razón, la investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social explicó: “Poco después de la conquista de Tenochtitlán se realizaron en lengua náhuatl y en grafías latinas unos censos que son de gran interés histórico. Hernán Cortés había tenido grandes conflictos sobre el número de vasallos que tendría como Marqués del Valle y para esos litigios se elaboraron muy detallados censos o matrículas de cada casa”. Sus indagaciones llevaron a la ubicación del vital documento.
“Es una de las pocas fuentes en las que en verdad podemos ver cómo se organizaba la sociedad azteca en términos detallados y locales. Es como si el INEGI pasara casa por casa a preguntar cuántos viven, cuántos niños, de qué edad, etcétera”.
El censo consigna en 80 páginas alargadas (no desdoblables como los códices), con texto continuo en nahuátl, un compendio de villas pobladas por entre 200 y 250 personas, los impuestos que debían pagar sus habitantes y el número de personas que vivían en una casa promedio. Con él se ha podido conocer impuestos antes desconocidos, como el pago en “toallas”, medida que incluía huevos, maíz y cacao. Además, resulta clave para conocer los beneficios de los que gozaron los primeros mestizos cristianos, militares, nobles y viudas, que generalmente estaban exentos a cambio de mantener controlados a los pobladores. Incluso desmiente a los misioneros que clamaban ante el rey haber convertido a toda la población pues revela que sólo los niños habían sido bautizados.
Las anotaciones aztecas son claras, lo que no puede decirse de las hechas por los clérigos y los oficiales españoles que a veces resultan ilegibles, adelantó en Polonia, Julia Madajczak, de la Universidad de Varsovia.
Travesía histórica. ¿Cómo es que un documento de suma importancia para México llegó hasta Polonia? La pregunta es común entre los historiadores como Von Mentz. Y también la respuesta: “Esos documentos quedaron a lo largo del tiempo en distintos archivos novohispanos, luego en el siglo XIX algunos fueron vendidos a extranjeros. Por ello están parcialmente distribuidos en los archivos del INAH en México, en la Biblioteca Nacional de Francia y en Cracovia. En el siglo XIX algunos llegaron a París a través de Alejandro de Humboldt, que luego los donó a la Biblioteca Real de Prusia en Berlín, institución que al empezar la Segunda Guerra Mundial trasladó sus acervos a diferentes castillos al este de Berlín para salvaguardarlos en sus sótanos. Después de la conflagración, esos castillos quedaron comprendidos en el territorio de la actual Polonia”.
Pero no hay posibilidad de que el gobierno de México pueda recuperarlo, adelanta. “Tenemos tantos documentos fuera que es realmente una tarea titánica. Nuestro documento pictográfico más importante que es la Matrícula de Tributos, que está en Inglaterra. No es una tarea muy fácil”.
No sólo se trata de que el gobierno haga la solicitud, sino que para “estudiar esos textos se requiere de especialistas en el siglo XVI, en paleografía y en conocimientos de la lengua náhuatl de ese periodo”. Afortunadamente algunos de ellos ya se han digitalizado en el CIESAS y están publicados en internet y otros analizados en múltiples publicaciones, concluyó Brígida von Mentz.
Fuente: La Razón de México