¿QUE PENSABAN DE LA ECONOMÍA LOS REVOLUCIONARIOS AMERICANOS?

HISTORIA-HISPANIDAD Martes 22 de Agosto de 2017

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Galeón español

¿Cómo pensaban manejar la economía, una vez independizados? ¡¿Que nos pasó después?! ¿Cuántas veces se devaluó nuestra moneda?

Autor: Patricio Lons

por Patricio Lons  

       No sabemos si al venir de Londres, los militares que volvieron a América con precisas indicaciones, se habían planteado las preguntas concretas y correctas como para llevar a cabo con éxito tal empresa secesionista o si les habían advertido de las consecuencias económicas para Hispanoamérica.

 ¿Cómo pensaban los revolucionarios que iba a seguir la economía americana luego de la independencia? ¿Con que medios financieros iban a respaldar el trabajo y el comercio local? ¿Con cuál moneda si la que teníamos, el Real de a 8 común a todos los hispanoamericanos y acuñada en el Alto Perú y en Nueva España, iba a desaparecer apenas las burguesías criollas de cada uno de los nuevos estados arreglasen sus asuntos comerciales por separado?

Recordemos que estas burguesías eran contrabandistas y ya habían vendido sus conciencias al comercio inglés. Esta moneda, era la primera divisa de reserva mundial, cuando España tenía el mundo financiero a sus pies. ¿En cuáles mercados actuaríamos si se perdía la unidad y con ella el mercado asiático y el de todo el imperio desde Filipinas hasta Sicilia? ¿Cómo pensaban evitar caer en manos inglesas si justamente su moneda, la libra esterlina, se iba a imponer sobre las nuevas monedas nacionales en todos los mercados asiáticos donde hasta ese momento predominaba la nuestra? Hasta el loro parlante del pirata Silver en la novela “La isla del tesoro” gritaba: ”piezas de a ocho, quiero piezas de a ocho”, en referencia a las valoradas monedas españolas. Las nuevas monedas americanas eran de papel y sin respaldo alguno. Hasta las independencias, nuestras economías regionales estaban articuladas. Un producto podía partir desde Carmen de Patagones, pasar por Buenos Aires y terminar en cualquier parte del imperio.

Las economías del actual norte argentino comerciaban con el Alto Perú, actual Bolivia y el Bajo Perú; algunos productos incluso, embarcaban en El Callao y se unían en Nueva España, actual México, al Galeón de Manila para llegar a Filipinas y exportar a China y a varias otras naciones asiáticas donde nuestra moneda era la más apreciada. El proyecto económico de varios estados separados era inviable. Nació con un final anunciado que se llamaba desastre.Todo era incoherente; desde las ideas del Plan de Operaciones de Moreno y la fisiocracia de Belgrano, hasta las confusiones de Bolívar que decía: “Yo lucho por la libertad de comercio inglés” y que protestaba porque España no le permitía tener esclavos (curioso “libertador”), pasando por el endeudamiento con la banca de Londres provocada por los gobiernos republicanos de Chile, el Protectorado de San Martín en Perú y el empréstito con la Baring Brother´s realizado por Bernardino Rivadavia. Fueron endeudamientos calcados en sus modelos de estafa. Uruguay pudo pagar su parte del empréstito con la Baring, recién en el siglo XX. Recordemos que la presidencia de Rivadavia abarcaba también a la Banda Oriental. Sumemos el saqueo al tesoro del Río de la Plata en 1806 y en 1810, el robo de toda la plata amonedada del Potosí a manos de Pueyrredón y del tesoro del Perú cuando el almirante inglés Cochrane zarpara con el dinero peruano. En el Caribe, Bolívar saqueó el tesoro de la Audiencia de Santa Fé de Bogotá en 1819,luego de la batalla de Boyacá. Con todos esos saqueos, las nuevas monedas y los acuerdos con Inglaterra, sobre todo el de 1825, el plato del endeudamiento estaba servido. Eran todas nociones vagas, absolutamente vacías de un proyecto de desarrollo que fuese sustentable en el tiempo.

Tomemos un ejemplo de lo acontecido en recursos humanos y económicos. La provincia de San Luis, gobernada por mano de hierro por el mayor Vicente Dupuy, nombrado por San Martín como teniente gobernador dependiente de la intendencia de Cuyo, le extrajo hasta la última gota de sangre y de productos como pólvora, cartucheras, uniformes, mulas, alimentos y todos los hombres para enviar a El Plumerillo en Mendoza donde San Martín creaba el “Ejército de los Andes”. Recordemos que Dupuy, actúa en los sucesos de Mayo de 1810 integrando el grupo morenista de Los Chisperos, una banda de matones que impidieron a cientos de vecinos participar del cabildo del 22 de mayo; eran dirigidos por sus amigos French y Berutti. Participó luego en el Sitio de Montevideo a las órdenes del Gral. Rondeau, aquel general que reprimió, durante el “Motín de las trenzas”, a sangre y fuego a los heroicos Patricios que habían combatido en las invasiones inglesas. Su espíritu violento lo continuó en San Luis, donde enroló a la fuerza a sus mejores hombres y a los escasos esclavos que había. Muchos de esos sanluiseños fueron llevados engrillados para morir en una campaña de varios años que los alejó definitivamente de sus familias. Solo quedaron ancianos, mujeres, niños y enfermos.

Cuenta el historiador puntano Víctor Saá:

“Basta decir que terminada la campaña de la independencia en 1824, San Luis entra en un período de su vida histórica, que no es solo de postración y martirio, sino de manifiesta impotencia para enfrentar, como hubiere sido posible, las hordas ranquelinas. Había quedado sin soldados y sin armas. Estaba inerme, los indios la arrasaron con sus malones.” Recordemos de paso, que los mayores problemas con los indios comenzaron con las independencias, cuando los nuevos gobiernos revolucionarios en toda América, les quitaron las tierras comunales protegidas por el rey y llamadas: “repúblicas de indios”.

La provincia era conocida como la Santa Elena mediterránea, adonde eran llevados los realistas capturados. La gestión de Dupuy en San Luis, terminó con el asesinato de los prisioneros de guerra, los soldados realistas sometidos en Chile. No distinguió entre penisulares y americanos a la hora de matar. El mismo Monteagudo, enviado de San Martín interrogó a los prisioneros después de una sublevación incitada por los revolucionarios para justificar la matanza. De todos los sobrevivientes solo dos se salvaron de ser fusilados.

Nacimos endeudados con la banca londinense cuando jamás habíamos necesitado tomar deuda en otros países y con nuestra minería (base de la emisión de nuestra moneda soberana), ofrecida y entregada a Inglaterra por los libertadores y los nuevos gobiernos revolucionarios. ¡¡Se entregó el poder de la moneda!! ¡Perdimos la base de la soberanía política y la independencia económica! De ahí a la anarquía subsiguiente y a la injusticia social tan bien descripta por José Hernández en su poema “Martín Fierro”, hubo un solo paso que no se ha solucionado hasta ahora. Los resultados conseguidos demuestran que entendían poco y mal, el mapa de la economía mundial, ni siquiera su importancia geopolítica. No supieron leer los mapas del poder, del que teníamos y a manos de quién lo perdíamos.

Tras la derrota realista, ya no existía más el respaldo comercial del Galeón de Manila, ni el poder de la flota española, ni la fuerza que nos daba la unidad española en América; ya no estaba el prestigio mundial de la corona para protegernos, ni el elemento unificador de la Iglesia pues parte del clero tenía un espíritu cismático, ni la fuerza de las universidades americanas antes basadas en Salamanca y Valladolid. Ahora teníamos que arreglarnos solos, desguarnecidos y separados. Las veinticinco universidades legadas por las Españas, la peninsular, las asiáticas y las americanas, ya no responderían más a un proyecto civilizador común, sino a los caprichosos dictados de las nuevas oligarquías criollas que no trajeron jamás prosperidad a los pueblos de América, ni tampoco en España. Oligarquías tan volátiles en sus intereses, que generaron cientos de constituciones americanas, para no respetar a ninguna.

Pero ahora sí existían veinte estados nuevos, que nacieron debilitados con feroces y desgastantes guerras civiles y que empezaron a ver a sus vecinos como a enemigos y no como a hermanos. Se acabaron los fondos “Situados” que sostenían a las regiones más pobres o que estaban en un proceso inicial de desarrollo. Ahora cada nuevo estado debía apañarse por si mismo. La economía peruana redujo su producto bruto de quince a un millón de pesos anuales. El empobrecimiento del Perú fue inmediato. Las guerras civiles americanas, no tardaron en comenzar. La misma guerra de la independencia fue poner a los pueblos a sufrir una sangrienta guerra civil hispanoamericana. La nueva realidad política fue una alianza entre burgueses criollos y poderosos ingleses, desastrosa para nuestros pueblos y naciones. Los combatientes en ambos bandos, fueron sujetos de la ambición de terceros. Los soldados no sabían de conomía, pero Lord Dundas, Canning y Mc Duff en Londres, tenían bien claros sus objetivos comerciales y políticos y los lograron.

Para entender nuestra pérdida, un Real de a 8 equivale a 300 pesos argentinos de este año 2017 o a 273.000 bolívares venezolanos. Vale más un billete del juego de mesa Monopoly que un bolívar caribeño.

Como resultado, desde entonces somos pueblos empobrecidos con escasos horizontes.

Finalizaron así tres siglos de paz interna en el Nuevo Mundo. Tres siglos en que unidos, pudimos enfrentar decenas de ataques externos de Inglaterra, Francia, Holanda y Dinamarca y ponerle freno a las ambiciones expansionistas rusas en California. El violento espíritu de Lutero, la modernidad de Westfalia y el laicismo de la Bastilla, habían penetrado nuestras defensas. El frío del egoísmo acababa de recalar en nuestros puertos. Luego se dibujó la historia para ser engañados. No somos el único pueblo al que se ha engañado en su historia; lo mismo le han hecho a franceses, ingleses y españoles. La que nos escribieron parece diseñada siguiendo las indicaciones de un manual de contrainteligencia, donde lo bueno parece malo o es ocultado y lo malo es honrado y exaltado. Sin embargo, muchas veces nos pusimos de pié, en 1833 el gaucho Rivero recuperó Malvinas por medio año ayudado por un grupo de indios y de gauchos, en 1845 salimos victoriosos de nuestro enfrentamiento contra Francia e Inglaterra y en 1982 en la guerra de Malvinas estuvimos a un paso de mandarlos de vuelta. Desde entonces nos volvieron a aplastar con una apariencia de igualdad de pensamiento asfixiante. Así será hasta que reencontremos nuestro destino de unidad hispánica, para enfrentar los desafíos globales del siglo XXI.

 

Desde entonces todo lo que tenemos, es fe y resistencia. Y no debemos, ni podemos por nuestros hijos, retroceder ni un paso más.

Autor: Patricio Lons

Comentarios

gabriel deseta
Miércoles 30 de Agosto de 2017

Entiendo muy poco de historia, pero trato de resumir este texto extractando que lo más importante es la unión.. y mientras haya sectores que gocen con dividirnos, no vamos a encontrar la paz, y el camino al éxito. Siempre unidos podremos enfrentar cualquier tempestad...Hay que dejar de lado lo micro para pensar en lo macro, mas allá de cualquier distinción de banderías.

Respuesta enivada el Miércoles 30 de Agosto de 2017

Gracias por tu comentario. Se lo pasamos inmediatamente al autor.

Humberto Recabarren
Lunes 28 de Agosto de 2017

Aunque coincido en general y valoro la erudicción de su autor; disiento en algunas consideraciones, sobre todo en lo que hace a la idea subyacente de reconstruir "el imperio español", ya que en general, los cambios históricos, culturales y sociales, lejos de atenuarse, tienden a agigantarse en razón de la distancia, las diferencias y los intereses contrapuestos. Si coincido en que las luchas de la independencia constituyeron episodios locales, dentro del conflicto europeo, y que las mismas fueron promovidas por intereses ajenos a nuestra esencia, amén de que quienes las desarrollaron, carecían de proyectos políticos y económicos acordes a la tarea que emprendieron.

Respuesta enivada el Lunes 28 de Agosto de 2017

Gracias por tu comentario. Se lo pasamos inmediatamente al autor.

Eduardo Gpmez
Lunes 28 de Agosto de 2017

que buenos aportes económicos para saber la justicia que hubo mientras fuimos la primera nación del mundo y la cual lacayos de la masonería rompieron y no hemos recuperado, volvamos a ser una nación hispánica todos, América latina, Guam, Filipínas, Guinea Ecuatorial y España solo una nación con misma moneda y una unidad como hace ya más de 200 años lo hicimos asi seremos nuevamente el país # 1 del mundo

Respuesta enivada el Lunes 28 de Agosto de 2017

Muchas gracias por tu comentario. Nos unimos fervientemente a tu deseo y luchamos con nuestros humildes medios para eso. Se lo pasamos al autor inmediatamente

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