A un año del secuestro del misionero italiano en Níger
Pasó un año desde aquel 17 de septiembre de 2018, cuando en Níger fue secuestrado -probablemente por yihadistas etnia peulh-, el misionero italiano, Pier Luigi Maccalli. Desde entonces ninguna noticia concreta, de este misionero perteneciente a la Sociedad de Misiones Africanas (SMA), sólo un altibajo de esperanza y desilusión.
Fuente: AICA
Este martes se cumple un año desde que el misionero italiano Pier Luigi Maccalli fuera secuestrado, probablemente por yihadistas de etnia peulh, en su misión en Bamoanga en Níger, a unos 125 kilómetros de la capital Niamey. Desde entonces nada se sabe de este misionero perteneciente a la Sociedad de Misiones Africanas (SMA).
Con ocasión de este aniversario se han unido en oración todas las comunidades del mundo de la Sociedad de Misiones Africanas, y también la comunidad parroquial de Madignano, la localidad italiana natal del padre Luigi, así como la diócesis italiana de Crema, que organizaron una marcha de solidaridad y oración.
Recientemente el gobierno de Burkina Faso comunicó que el misionero está vivo y que después de su paso por aquel país africano fue reportado por los secuestradores en Niger. Noticia recibida con perplejidad tanto por la familia como por la congregación, porque en concreto no se sabe nada.
El destino de este misionero también se encuentra dentro de las preocupaciones del papa Francisco, quien el pasado mayo, al recibir a los participantes en la Asamblea General de la SMA, les agradecía su “celo misionero, impregnado de valor, que los lleva a salir para ofrecer a todos la vida de Jesucristo, a veces poniendo en riesgo la suya”. Y añadía: “me gustaría unirme a su oración por su hermano, el padre Pierluigi Maccalli, secuestrado en Níger, y asegurar la solicitud y la atención de la Santa Sede con respecto a esta preocupante situación”.
El pontífice apeló por la vida del religioso, además, en su visita a Niger, en enero de este año, incluso el premier Giuseppe Conte había pedido al gobierno del país africano de mantener alta la atención sobre el caso.
El padre Maccalli, fue durante varios años misionero en Costa de Marfil, al momento del secuestro se encontraba en la parroquia de Bomoanga, diócesis de Niamey, recién regresado, tras un período en Italia.
La fiscalía de Roma abrió una investigación por el secuestro de personas con objetivo de terrorismo.
El padre Walter Maccalli, misionero también él en la Sociedad de las Misiones Africanas, siempre dijo que Pierluigi, a quien había visto en Italia, poco antes de su secuestro, nunca había temido por ataques personales o a su misión.
“El secuestro del padre Maccalli es un acto criminal que, un año después, no encontró aún una solución”, expresó por su parte el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) de Italia, Alessandro Monteduro.
“Sabemos que los secuestradores hablaron en el lenguaje peul, es decir, el idioma de pastores islamistas fulani”, dijo Monteduro y añadió: “Sabemos que durante meses el sacerdote fue advertido por sus fieles de la presencia de yihadistas provenientes de Malí que se estaban estableciendo en un pueblo a 35 kilómetros de su misión”.
“Algunos suponen que está en Níger, otros en Burkina Faso, otros en Malí. Solicitamos enérgicamente que el padre Pierluigi sea devuelto a sus fieles, a su comunidad, a su familia”, exhortó el director de AIN Italia, organismo que, desde el 17 de septiembre del año pasado, tiene como foto de su perfil en las redes sociales la cara del padre Maccalli, pidiendo a las autoridades y a los medios que no haya más connacionales secuestrados.
El padre Maccalli se destacó en Níger por unir la evangelización y la promoción humana, impulsando escuelas, dispensarios y capacitando a jóvenes agricultores. También organizó reuniones para abordar prácticas relacionadas con las culturas tradicionales, incluida la circuncisión y la ablación de las niñas, lo que le atrajo cierta hostilidad. Pudo ser este –según fuentes locales– uno de los motivos de su secuestro. +
Fuente: AICA