TESTIMONIOS DE UNA GRAN INJUSTICIA
Con los últimos sucesos ocurridos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (remoción de la imagen de la Santísima Virgen María), el autor se plantea una revisión histórica necesaria, de cuestiones fundamentales que alguna vez debemos comenzar a discutir.
Autor: Dr. SANTIAGO RODRÍGUEZ ISLEÑO
La Manzana Jesuítica conserva edificios coloniales que la Compañía de Jesús construyó desde su llegada a Córdoba en 1599.
En este lugar se encuentra la Universidad a partir de 1614 y el Colegio de Monserrat desde 1687, que la Orden fundara con destino a todos los habitantes de la gran Provincia Paraquaria Jesuítica, integrada por Chile, Bolivia, Paraguay, Argentina, Río Grande y Uruguay.
La Capital de esta Provincia era la Ciudad de Córdoba y su Casa de Gobierno se encontraba precisamente en uno de dichos edificios.
Esta Manzana Jesuítica fue declarada “Patrimonio de la Humanidad” por las Naciones Unidas.
Es allí, en estos claustros académicos jesuitas, donde nace en 1608 el pensamiento más avanzado de toda la historia de la Filosofía: el Humanismo Trascendental.
Este ideario filosófico, entre otras propuestas sobre la Persona Humana, sostiene tres verdades fundamentales: Derecho a la Vida, Derecho a la Libertad y Derecho a la Integridad. Constituyen los tres Derechos Absolutos de todo Ser Humano.
La Historia Universal señala que estos tres Derechos siempre fueron muy difíciles de hacer respetar.
Aún hoy se discute el Derecho a la Vida.
Aún hoy se lucha por la Libertad, sometida por la economía y la corrupción.
Y en particular el Derecho a la Integridad de la Persona es prácticamente inexistente en la civilización actual.
Este Ideario Humanista, esta sabiduría secular, entre sus numerosos ideogramas y enigmas, posee dos advocaciones particulares: una de ellas es la milenaria Virgen Negra. De origen celta, Julio César la menciona como propia de los galos en “De Bello Gallicum”. Es la “Virgo Pariturae”, la Virgen que dará a luz, que aquél pueblo preveía en un futuro lejano para ellos. Se trata de una advocación pre cristiana, no bíblica, totalmente occidental. Ella fue la advocación de la Compañía de Jesús en Córdoba: Nuestra Señora de Monserrat, cuya imagen se encontraba en el altar mayor del templo jesuita, y además, era la Patrona del Colegio Convictorio que lleva su nombre.
La otra advocación es el cumplimiento de la misión anticipada: María de Nazaret Virgen y Madre. Es la misma protagonista en sus dos etapas trascendentales.
Históricamente ambas advocaciones son propias, pertenecen, presiden la Manzana Jesuítica desde comienzos del siglo XVII.
La historia continúa su curso jalonando graves acontecimientos culturales para Córdoba y el Cono Sur americano: los jesuitas fueron expulsados en 1767.
La Universidad de San Carlos permanece siendo propiedad de la Iglesia Católica durante dos siglos y medio, hasta 1854, fecha en que fue usurpada por Justo José de Urquiza, que le cambia el nombre original por “Universidad Nacional de Córdoba”.
El Colegio de Nuestra Señora de Monserrat fue a su vez usurpado por Avellaneda el 14 de septiembre de 1878, que modificó su nombre por Colegio Nacional de Monserrat y designó el primer director laicista: Filemón Posse.
En esa oportunidad la Virgen Negra fue salvada de su destrucción por Tránsito Cabanillas, conservándose desde esa fecha en el Colegio Santa Margarita de Cortona.
En las jornadas reformistas de 1918 todas las reliquias religiosas pertenecientes a la historia de la Universidad fueron destruidas.
Finalmente el 28 de agosto del 2018 un grupo de “reformistas” en celebración de la Reforma Universitaria, retiran la última imagen de la Virgen María que se encontraba presidiendo su Casa, su Universidad secular, de nombre cambiado por Nacional de Córdoba.
Argentina es el único país de Occidente que no sólo no respeta la Historia, su Historia, sino que la falsifica otorgando patriciados, derechos y jerarquías inexistentes.
La Manzana Jesuítica es de la Compañía de Jesús sin discusión alguna, para la Historia y para toda la “Humanidad”, que la considera su “Patrimonio”.
Por estas razones, conforme a la Historia y en respeto a la Verdad, este predio debe ser devuelto a sus legítimos propietarios, en un acto de Reparación Histórica y restableciendo un derecho legítimo, que por cierto, nadie del mundo laico piensa cumplir. Por el contrario: el 28 de agosto se pretendió legalizar la usurpación.
El laicado de pensamiento liberal y agnóstico que detenta su posesión, usurpador de los edificios jesuíticos, sostiene ser fundador y propietario de estos claustros. Y la verdad más clara, más descarnada, es que estos declarados laicistas son “ocupas” descarados de instalaciones que no les pertenecen en absoluto.
Los claustros jesuíticos seculares e históricos de Córdoba, donde permanece inalterable el Espíritu Trascendental de la Humanidad, testimonian y testimoniarán siempre la violencia grosera contra la Cultura, que fuera ejercida por la fuerza militar agnóstica en 1854 y continuada por el laicismo vernáculo hasta hoy.
En cada uno de estos claustros coloniales, es la Historia de Córdoba la que reclama y reclamará justicia, hasta que todos los edificios de la Manzana Jesuítica sean restituidos a sus legítimos propietarios.
Autor: Dr. SANTIAGO RODRÍGUEZ ISLEÑO