EL ALMA BIEN ALIMENTADA

REFLEXIONES Jueves 28 de Marzo de 2019

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La semana pasada luego de enterarme de la masacre en Nueva Zelanda, que pasa a ser el prototipo del horror que nos toca vivir también en Argentina de diversas formas como fruto de la violencia instalada en la cultura que nos circunda, pensé acerca de cuáles podrían ser las causas.

Autor: Pbro. FERNANDO MARTIN

Descubría que, así como nuestros cuerpos para ser saludables deben alimentarse convenientemente de nutrientes que fortalezcan su desarrollo, también debe ocurrir con nuestras almas espirituales que nos definen como seres humanos, y nos colocan en un plano superior al de los animales no racionales.

¿Seríamos tan necios como para dar de corner comida en mal estado a nuestros hijos, o coma para beber un veneno en ves agua pura? Si esto es evidentemente insensato, ¿Por qué no preguntarnos cuál es el alimento sano del alma, y cuál el contaminante?

El espíritu humano, según la más sana tradición ancestral, se alimenta de la verdad, el bien, la belleza y en última instancia, de quien todo ello fundamenta, que es Dios. ¿Qué pasa cuando la mentira, el mal, la fealdad y el ateísmo se transforman en el alimento cotidiano de las personas?

¿Debemos sorprendernos de que quienes consumen diariamente violencia sórdida, pornografía, frivolidad, mal gusto, ironía, difamación, mentira, burlas, indiscreciones, de repente actúen irracionalmente destruyendo vidas humanas y Ia propia?

Personalmente no me sorprende que quienes permanecen muchas horas de su vida, siendo adoctrinados por los supuestos medios de comunicación masiva que nos rodean, y también adoctrinados por tantos falsos maestros de vida en casas, escuelas y sociedad en general, sean capaces de semejantes conductas.

Lamentablemente, muchos adultos que influyen enormemente en los contenidos que alimentan las mentes de niños y jóvenes, hace rato que han perdido el rumbo de sus propias vidas, y siendo presa de la incertidumbre mas cabal, y del sinsentido de la vida:, que se llama técnicamente nihilismo (la nada, el vacío existencial) invitan a los más vulnerables a transitar senderos virtuales y de fantasía, que los dejan vacíos y finalmente enojados.

El enojo más o menos consciente de nuestros seres más vulnerables, deriva en muchas ocasiones en indigestiones espirituales que los llevan a refugiarse en las drogas, el alcohol, los placeres de los sentidos, e inevitablemente en la violencia, cuando ni la palabra ni las acciones poseen ya contenido de verdad, bien y belleza.

Frente a tantos lobos con piel de oveja, los cristianos hemos conocido a un Buen Pastor que da la vida por quienes le fueron confiados, y a quienes ama, cuida, y alimenta. Jesús maestro sabio y administrador celoso de su casa, sirve diariamente a sus hijos el pan de su palabra y de su cuerpo y sangre.

Hace ya 2000 años que la Iglesia administra este manjar del cielo, que ofrece a quienes lo quieran tomar de Su enseñanza y celebraciones. Es esta la casa donde la mesa siempre está tendida para sentarse a beber de la fuente de la sabiduría que hace fuerte al para enfrentar los desafíos que implica el camino de la vida.

Como discípulos de quién multiplica diariamente el pan y el agua viva para alimentar el alma humana que clama por sentido, por eternidad y por Dios, invitamos a quienes quieren construir un mundo de paz basado en el amor y la verdad, a sentarse a esta mesa, y a comer y a beber de este sabroso banquete rico en virtudes humanizantes.

¡Padre nuestro, danos siempre de ese pan, y danos el coraje misionero para distribuirlo entre tus hijos hambrientos, que en el desierto claman por alimento sólido que calme su hambre!

 

Autor: Pbro. FERNANDO MARTIN

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