MIRADAS QUE SE CRUZAN
Pongo hoy por escrito mi homilía del XXXI Domingo durante el año que nos traía el texto de Le 19, 1-10 {la conversión de Zaqueo).
Autor: Pbro. FERNANDO MARTIN
El pasaje evangélico de hoy podría titularse: 'Entrecruzamiento de miradas'. Zaqueo quiere ver a Jesús, Jesús levanta los ojos y ve a Zaqueo, y el pueblo mira el desenlace de la situación creada.
La mirada es esencial en nuestra vida. Miramos bien para no tropezar por la calle. Prestamos atención si queremos conocer cosas nuevas, o si no queremos equivocarnos a! trabajar, y arruinarlo todo.
A veces las miradas resultan interesadas egoístamente. Están cargadas de codicia, lujuria, odio, deseos de venganza, de posesión insaciable.
En muchas ocasiones, gracias a Dios, aflora lo mejor de nosotros mismos y nuestras miradas son empáticas, cariñosas, compasivas, comprometidas. Están cargadas de amor sincero.
Hay miradas paternales, filiales, de amistad, miradas de novios, de esposos, de prójimos que miran con simpatía a sus semejantes.
En todos los casos, la mirada es el espejo del alma. Si quieres saber el estado de ánimo de alguien, o el fondo de su corazón, observa atentamente su mirada. Ella es siempre activa, incide en la realidad inexorablemente, la 'toca' abrigándola, cobijándola, la lastima, y le produce dolor.
Después de mirar y de ser mirados, no somos los mismos.
Ante todo necesitamos que nos miren para sentirnos valiosos y descubrir que no estamos solos. Como Dios cuando después de crear al hombre, varón y mujer, vio que era muy bueno, como modo de aprobación de lo realizado. También es esencial aprender a mirar bien para madurar y hacernos sabios.
Como decíamos al iniciar la reflexión, la escena evangélica que la liturgia nos presenta, se trata de un entrecruzamiento de miradas.
¿Qué busca Zaqueo? Zaqueo está intranquilo, inquieto. Está cansado de su consciencia de culpa, del rechazo de la gente, de ser estigmatizado. Busca perdón para sus pecados, salvación para su penosa situación, la oportunidad de reparar su falta.
Jesús busca salvar, amar perdonar. Está ate: -·~ a cada persona. Su mirada es penetrante, inabarcable por su capacidad y misión de hacer nuevas todas las cosas. El encuentro de las miradas produce el efecto deseado.
El Zaqueo inocente, reflejado en su espontánea decisión de treparse al árbol, es rescatado por encima del pecador sin remedio. 'Hoy debo alojarme en tu casa' dice el maestro. 'He visto tu aflicción, y vengo a rescatarte de tu situación de exclusión y soledad. Tú también estás llamado a ser hijo de Dios'.
¿Qué ve la gente? Sólo la superficie. Se equivoca. Murmura en contra de Jesús y de Zaqueo. Juzga apresuradamente. Hunde en la condena al pecador. Su mirada está nublada. Están ciegos ante la historia profunda de las almas que ante todo sufren la falta de amor y de misericordia.
¿Cómo son nuestras-miradas? ¿Buscan ver a Dios ('Oigo-en mi corazón, busca en mi rostro. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro” )? ¿Nos dejamos mirar por Él?¿Miramos a los demás como Jesús los mira?
jSeñor, que recuperemos la inocencia de la mirada de los 5 años y aprendamos a mirar como Jesús, para alcanzar el reino de los cielos!"
Autor: Pbro. FERNANDO MARTIN